martes, 1 de abril de 2025

UN PRIMER CABILDO EN EL PÓPULO. LA PRIMERA JUNTA DE GOBIERNO Y SUS HERMANOS

Aparte de nuestras Reglas fundacionales, uno de los documentos más antiguos de la hermandad es el acta levantada por el escribano Lorenzo de Andrade de una reunión de hermanos que se celebró en abril de 1754 en el convento del Pópulo, concretamente en su sala "De Profundis". Es desde luego el primer escrito donde aparece destacado el origen étnico de la misma, pues, si en las reglas esto se obviaba, aquí, tras mencionar los nombres de los hermanos que asisten, se dice que son “todos castellanos nuevos”.

“La hermandad y cofradía del Santísimo Cristo de la Salud y Madre de Dios de las Angustias A Alcaldes, Mayordomo y oficiales.

Sépase como nos el Mayordomo, Alcaldes oficiales y demás Hermanos de la cofradía del Santísimo Cristo de la Salud y Madre de Dios de las Angustias sitta en el Convento de Nuestra Señora del Pópulo orden de Nuestro Padre Señor San Agustín Descalzos extramuros de esta ciudad conviene acaven Luis García, Mayordomo, Sevastián Miguel de Baras Alcalde = Manuel García Campar también Alcalde: Pedro García Fiscal Primero= Isidro García fiscal Segundo= Juan García =Pedro de Vargas=Juan Fernández=Diego Moreno= Fernando Manuel de Heredia= Juan Manuel García=Juan Justo Fernández= Simón García= Joseph Navarro= Manuel Francisco Bermúdez= Luis Ximénez= Luis de Vargas y Heredia= Francisco Montoya= Gerónimo García= Juan Andrés Navarro=Antonio Matheo de Vargas= Juan Dionisio García= Pedro Manuel García= Juan Francisco Bermúdez= Cristóbal de Vargas= Francisco Mosqueda= Miguel de Vargas= Pedro García= Pedro Agustín de Flores= Antonio Gutiérrez= y Alonso Joseph Navarro, todos castellanos nuevos vecinos de esta ciudad y en sus arrabales Mayordomo oficiales de la dicha hermandad y la maior parte de ella estando juntos y convocados en la Sala de Profundis del citado Convento en donde para ahora celebramos nuestras Juntas y Cabildos por nosotros mismos y en nombre y en los de los demás hermanos que del presente son y fuesen en adelante por quienes prestamos voz y caución de rato grato en toda forma…”

Se trataba de otorgar poderes a los tres oficiales para que contrataran las obras de mejora de la capilla y de prestar caución a los frailes de que se iban a cumplir las condiciones pactadas con ellos para que se les cediese la capilla, y a estos efectos asistieron no sólo miembros de la junta de gobierno, sino también hermanos de número, por lo que podría considerarse el primer cabildo general de la hermandad. Muchos de los apellidos que aparecen nos evocan a los mismos que se repiten a lo largo de la historia: Vargas, Moreno, Bermúdez, García, Jiménez, Heredia (posteriormente transcrito como Lérida), Flores, etc. A la gran mayoría o la totalidad de estos hermanos los podemos encontrar en el rico archivo de la Parroquia de Señora Santa Ana, iglesia vinculada de manera directa e indirectamente con la hermandad y con la gitanería trianera. Antes de la prisión general de gitanos nos es más fácil localizarlos en los padrones parroquiales, viviendo en la zona de la Alcantarilla de los Ciegos y en la Enrramadilla, muy cerca unos de otros, en ocasiones en el mismo número. Después de la gran redada sí hay una mayor dispersión. Algunos abandonan el viejo arrabal y guarda y se asientan en otras zonas. Sebastián Miguel de Varas entre 1751 y 1752 pasa al Compás de la Laguna1 residiendo aquí al menos hasta 1779. A Isidro García, hermano de María Josepha García y por tanto cuñado del fundador, lo encontramos conviviendo en el mismo núcleo familiar en dicha fecha2 y en 1753 de nuevo en Triana3. Por otro lado, Gerónimo de Campos o Pedro García se trasladan a los Humeros4.

En cualquier caso, este documento compone la junta más antigua y más completa hasta la fecha, pues se especifican los cargos:

- Luis García, Mayordomo

- Sebastián Miguel de Varas, Alcalde

- Manuel García Campar, Alcalde

- Pedro García, Fiscal Primero

- Isidro García, Fiscal Segundo.

Según el capítulo 4 de las reglas fundacionales5, "Del número de ofiziales que ha de tener esta hermandad", esta debía de estar compuesta por dos Alcaldes, un Mayordomo "en quien pare el caudal de la hermandad", dos Fiscales, un secretario y ocho diputados, "teniendo en todo la superioridad los Alcaldes...", faltan algunos cargos por mencionar pero como claramente se indica en el documento "estando la mayor parte de ella". De hecho, es curioso cómo no aparece en el listado Gerónimo de Campos y sin embargo sea uno de los hermanos que firma junto a Sebastián Miguel de Varas y Juan Fernández.

Volviendo al número de componentes, un total de treinta y dos, no es en absoluto una cifra baja para aquel entonces, al contrario. La hermandad de la Soledad de San Lorenzo se reorganiza en 1860 con menos de diez componentes, otras como la hermandad de San Benito no pasaba de los cincuenta o sesenta a mediados del siglo XIX y la de San Isidoro no llegó a los cien hermanos hasta 1895. De hecho, en el capítulo 3 de las reglas fundacionales6, "Del número de hermanos que se ha de componer esta hermandad" se establece no fijar un número determinado de hermanos "al no tener fincas esta hermandad y para que puedan tener culto y desenzia las Ymagenes de ella". Al fin y al cabo, se trataba de una vía para salvaguardarse. 

Pero dejando las reglas y regresando a nuestro escrito, continúa diciendo:

“… por quanto por el Muy Reverendo Padre Prior y comunidad de este Convento de Nuestra Señora del Pópulo a nuestra instancia y solicitud y para efecto de fomentar dicha nuestra hermandad y establecerla en el nos ha dado ad ussum una capilla en la Iglesia de dicho Convento para que en ella se hiciera por dicha nuestra hermandad retablo y se dorase, alhajándola y decorándola con el aseo correspondiente, de forma de que estando decente se pudiese colocar las Santas Imágenes y en dicha Capilla y no en otra parte se hiciese las funciones que por dicha hermandad se establezcan (…) se había de otorgar en su razón la escritura correspondiente y que siendo nos todos los dichos Mayordomos Alcaldes y oficiales y demás hermanos que esto tenga entera perfección es nuestra voluntad y todo de dicha conformidad= otorgamos que damos. poder cumplido bastante cuanto en derecho se requiere y es necesario al dicho Luis García Mayordomo= y a Sebastián Miguel de Varas y Manuel Garcia Campar, Alcaldes de dicha hermandad especialmente para que en sus nombres y en el de dicha hermandad representando sus derechos y acciones puedan concurrir y concurran  a qualesquiera ajustes tratados y capitulos que por parte de dicho convento se propusiesen para el otorgamiento de la escriptura del uso de.dicha capilla que se nos ha dado para fomentar y establecer dicha nuestra hermandad, (…)  obligándonos a que estaremos y pasaremos por todo su contenido ahora y en todo dispuesto como el que guardaremos y observaremos todas las condiciones y capítulos que los dichos Mayordomo y Alcaldes por ajuste? que hagan con la parte de dicho convento tratasen estipulasen y pusieren por resolución en dicha escriptura que en virtud de este poder para el fin y efecto explicado otorgaren la qual en todo y por todo con lo que ella se contuviere desde ahora y para cuando llegue el caso nos obligamos como va referido de estar y pasar por ella como si presente fuesemos en nombre dicha nuestra hermandad a su otorgamiento y queremos que en caso de su contravención o si en contrario de ella y sus condiciones y capítulos en todo o en parte se nos pueda ejecutar y a dicha nuestra hermandad pues para todo ello y que puedan francamente otorgar la mencionada escriptura con todas las dichas condiciones penas y obligaciones que les pareciese les damos y para todas sus incidencias hasta su final conclusión este dicho poder el que así mismo les conferimos para que si en razón de lo aquí contenido cada cosa o parte de ella fuere necesario parecer en juicio lo puedan hacer en todos y cualesquiera tribunales señores Jueces y Justicias eclesiásticas y seculares…”

Pero aquellos contados gitanos fundadores quisieron hacer constar que no sólo ponían los bienes y el patrimonio de la nueva hermandad como fianza de que iban a cumplir, también los suyos propios. Lo exponían todo, de ahí que sea de justicia que hoy traigamos aquí este documento con sus nombres:

“obligamos todos los bienes y rentas de dicha hermandad y los nuestros, unos y otros habidos y por haber, y damos poder cumplido a las justicias de Su Majestad y que de esta causa puedan y deban conocer para que nos apremien al cumplimiento por todo rigor de derecho vía ejecutiva y como por sentencia pasada en cosa juzgada (...) fecha la carta en Sevilla estando en la sala de Profundis del dicho convento de Nuestra Señora del Pópulo, en veinticuatro de abril de mil setecientos cincuenta y cuatro años, y de los otorgantes lo firmó el que supo y por el que no un testigo (…) juraron según derecho ser los contenidos y llamarse como se han nombrado a Nicolas Tello y Fernando Ximénez oficial de carpintero y vecino de esta ciudad que presentes estaban y así se nombraron y lo fueron del otorgamiento los susodichos y con Francisco Ximénez vecino de esta dicha ciudad”

Firman Juan Fernández, Sebastián Miguel de Varas, Gerónimo de Campos, y por los otorgantes el testigo Francisco Ximénez. Así como Lorenzo de Andrade, escribano público.

A.H.P.Se. Secc. Protocolos Notariales. Oficio 22. Signatura 15348. Fol. 156 rº

A.H.P.Se. Secc. Protocolos Notariales. Oficio 22. Signatura 15348. Fol. 156 vtº


A.H.P.Se. Secc. Protocolos Notariales. Oficio 22. Signatura 15348. Fol. 157 rº


A.H.P.Se. Secc. Protocolos Notariales. Oficio 22. Signatura 15348. Fol. 157 vtº




1. Archivo Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Libros Sacramentales. Padrones nº 31 (1751, 1752 y 1753). En el padrón de 1753 el número 405 correspondiente al "Corral de San Antonio" se componía de la siguiente forma: Juan García, Luisa Antonia de Flores, Juan García, Alonso Garzia, Sebastián Miguel Vara, María Josepha García, Isidro Miguel de Vara, Pedro Cosme de Vara.

2. Ibídem. En el padrón del Sagrario de 1752 el número 397 se componía de la siguiente forma: Luisa Antonia de Flores, Juan García, Juan García, Manuel García, Sebastián Miguel de Vara, María Garzia, Isidro Miguel de Vara, Pedro Joseph de los Santos, Isidro García ausente, María de la Candelaria, María García. + Juana Jazinta Pineda.

3. Archivo Real Parroquia Santa Ana de Triana. Libros de Padrones. Caja 68/1. Año 1753. El registro de ese año indica que convive en la calle de la Salgada, número 338 general del padrón, en el siguiente núcleo: Magdalena de los Reyes, viuda, Manuela Martín, Juan Joseph Navarro, Juan de Dios Navarro, Joseph Navarro hijos, Juan Joseph Serrano, Juana Martín su mujer, Isidro García, María de la Candelaria su mujer, María García hija, Vicente Martín.  

4. Archivo Histórico Parroquia San Vicente Mártir. Caja 91. Libros de Padrones (1753-1774). Años sueltos. Año 1753. Padrón 2º. Fol. 5 vtº. Los encontramos viviendo en el número 47 de la "Plazuela de la Cruz Verde" hoy Plaza Blasco de Garay. Tal número se componía así: Simón García, Cathalina Ramírez su mujer, Pedro García, Rita de los Dolores, Gerónimo de Campos, Juana García su mujer, Juana Velázquez.

5. Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Sección III (Justicia), serie Hermandades, legajo 12: Reglas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Madre de Dios de las Angustias.

6. Ibídem.


sábado, 1 de marzo de 2025

1925, GALERÍN Y "LOS POBRECITOS GITANOS"

Me he acostumbrado a contaros cada cuaresma, bien en el anuario de la hermandad, bien en estas páginas, lo que sucedió hace un siglo y como la prensa de la época lo reflejó. Este año se trataría de hablar pues de 1925, una fecha que ya ha salido a relucir en el blog bastantes veces. Fue éste un año singular en el que la antigua efigie del Señor estrenó la túnica de tisú de oro confeccionada por las hijas de maese Farfán y donada por dicha familia1, y en el que lució así mismo una nueva corona de espinas hecha y regalada por el escultor Joaquín Bilbao2. ¿Cómo traer algo nuevo que aún no hayamos dicho sobre aquella Semana Santa? Bien, no hace mucho, nuestro veterano hermano Fernando Machuca Hernández de Santaolalla donó a la hermandad la colección de fotos y recuerdos de la misma que ha reunido a lo largo de sus muchos años de hermano. Fernando, vecino entonces de la calle Matahacas, se apuntó en la cofradía en 1951, con sólo catorce primaveras, y como es de los que nunca faltó a los cultos principales de la hermandad, y siempre le ha gustado guardar todas las estampas recordatorios de esos cultos y coleccionar fotos relativas a la misma, imaginad lo que ha entregado ¡Una maravilla!. 

Nuestro Padre Jesús de la Salud en la mañana del Viernes Santo de 1925.
Archivo Hermandad Sacramental de los Gitanos. Fondo Fernando Machuca Hernández de Santaolalla


Como pertenezco al grupo de archivo, tuve la oportunidad de echar un vistazo cuando fui ayudar a nuestro hermano Enrique Casellas Rodríguez a la elección de fotos para la película "La Hermandad de los Gitanos". Entre ellas vi una que inmediatamente identifiqué como de 1925, porque la antigua efigie del Señor viste la túnica de Farfán. Está tomada en la plaza de la Encarnación. Al fondo, a la izquierda, se puede ver el edificio que Juan Talavera Heredia construyó sólo unos años antes en la calle Regina,  y a la derecha la esquina de otro que también se conserva, el del bar La Centuria. Se ven la Cruz de Guía, el Senatus y la bandera del Señor, las únicas insignias que llevaba el paso de Cristo, y poquísimos nazarenos, un tanto desordenados, porque hay antifaces morados y negros. 


Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.

Recurriendo al archivo Serrano de la hemeroteca municipal, es bastante conocida una instantánea de nuestra cruz de guía abriendo el cortejo en el regreso de la cofradía de ese año. Ahí ya aparecen un poco más organizados. Vemos sobre los rieles del tranvía al pequeño grupo vistiendo la túnica blanca de cola con cinturón de esparto y el antifaz morado propio de los nazarenos del paso del Señor. Está tomada ya en el lado este del mercado de la Encarnación, en el tramo que va de la actual calle Alcázares (entonces llamada Coliseo) a Imagen. Se puede ver la marquesina del despacho de aceites de Joaquín Narbona Delgado, en la accesoría del número 15 de la plaza. Al fondo, a la altura de lo que hoy es el café Alcázares, se adivina ya un candelabro del paso del Señor. Dos chiquillos llevan las bocinas que escoltan a la cruz, aunque un par de nazarenos con cirios y el que porta la bandera del Señor se han adelantado para salir también en la foto de Serrano. Unos pasos más atrás el Senatus y pocos nazarenos más. 

Fototeca municipal de Sevilla. Archivo Serrano.

Otra foto también de 1925 es una en la que figura el palio de la Virgen de las Angustias, detenido también en el número 15 de la plaza, unos metros más adelante, en la otra accesoría, que ocupaba la taberna de montañés Fermín Quijano Capdevilla, "La Antigua de Carpio", justo donde un rato antes se ha parado el paso de Cristo y el mismo Serrano ha fotografiado al Señor con su flamante nueva túnica. Una abigarrada multitud de paisanos marcha delante, pero sólo hay una media docena de nazarenos en la presidencia, con el antifaz negro de los nazarenos de la Virgen. ¿Será uno de ellos "Pepe Bocio"? José Bocio Jiménez, teniente hermano mayor, es quien ha firmado ese año los dos escritos al ayuntamiento donde en un primero se indica el recorrido y en el segundo se solicita el acompañamiento de fuerzas de seguridad3. Algunos parecen mirar a la puerta del establecimiento. Probablemente los pasos han  parado allí porque estén cumplimentando al propietario, quizás uno de los muchos industriales que han colaborado con una pequeña aportación para que la cofradía pueda salir.

Un mes antes, durante la cuaresma, el diario El Liberal había dado el siguiente aviso:



La cofradía de los gitanos

La popular cofradía del Cristo de la Salud y de la Virgen de las Angustias, conocida por la cofradía de los gitanos, establecida en la parroquia de San Román, comenzará en la próxima semana su anual postulación por comercios, industrias, etc., con objeto de recaudar fondos que le permitan hacer estación en la próxima Semana Santa.

Como se trata de la Hermandad más pobre y humilde, al mismo tiempo que una de las más simpáticas por su modestia, de esperar es que mediante la ayuda de todos, los hermanos del Cristo de la Salud obtengan en su postulación el éxito a que son acreedores.

¿Quién sería el periodista que quiso hacer este llamamiento?

Si a algún sevillano de hace un siglo le hubiéramos preguntado el nombre del periodista más famoso de la ciudad, habría contestado seguramente que "Galerín", apodo con el que firmaba las noticias locales en el diario El Liberal el sanluqueño Agustín López Macías4. En la crónica de la madrugada de ese año, publicada el Sábado Santo, Galerín escribe:


Los pobrecitos gitanos

El día le ha dado un empujón á la noche cuando avanza por la carrera la modestísima y simpática cofradía de los gitanos. Vienen pocos nazarenos: pero ellos no tienen la culpa. Las listas están abiertas para quien quiera entrar. ¡Si no vienen, que vamos á jacerle.../ Los gitanos le cantan sus coplas á Pare mío de la Salú, que avanza casi sólo. En el paso de la Virgen, sencillo y sin lujo, hay también pocos nazarenos. ¡Con lo bonita que es la Virgen chiquita de los gitanos!

- ¿No te canta á tí nadie, Paloma? ¿Tos ar Cristo? Ahora verá tú a un gitanito cantarte:

Toitos le cantan ar Cristo
y yo a tí te voy a cantar
porque eres chiquita y bonita
Mare mía de San Román

Se ve que Galerín conocía aquellos piropos de "Chiquita y bonita" que Manuel Torre le dedicaba a nuestra Virgen en sus saetas. En otra parte del mismo número comentando las saetas cantadas, recoge con cierto sarcasmo una que no nos resistimos a traer aquí:

En medio e San Román estamos
y toitos te miramos atentos
toitos te acompañamos
porque tós semos flamencos

Galerín no menciona ninguno de los importantes estrenos de la hermandad ese año, y su tono condescendiente hablando de los "pobrecitos gitanos" no es óbice para que, en ese mismo número, en las páginas de información general, aparezca un suelto advirtiendo a la autoridades sobre las personas que han llegado a la ciudad para las fiestas de primavera titulado "Los pobrecitos pobres y los gitanitos", con perlas como esta:

Y por si fuera poco, se han desbordado los gitanitos que estarán acampados en las afueras (...) Las gitanas, con su corte de gitanitos chicos y grandes, deben ser retiradas de la circulación por los agentes de la autoridad, que nada hacen por impedir que se moleste al público.

¡Vaya! ¡Menos mal que el Liberal era el diario "progresista" de la ciudad! Pero volviendo a esta última fotografía de Serrano, se observa que nuestra antigua titular va bajo el palio negro con corbatas en las esquinas que fuera de la Virgen del Rosario de Monte-Sión y cuya hechura fechan los estudiosos sobre 1881. ¿Sin lujo? Ese palio y el manto antiguos siempre se atribuyeron en nuestra hermandad a Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que según el profesor Francisco Amores Martínez ya lo había reformado para Monte-Sion en 1895. Volvió a pasarlo ya en manos de nuestra hermandad, y al motivo vegetal asimétrico original que se repite en cada paño de las bambalinas le añadió en la parte inferior una extensión de los tallos adaptada a la forma de las caídas y al fleco de pasamanería. Aparte, por supuesto, de retocar la heráldica. En la foto es patente que el óvalo con el corazón agustino es de factura más reciente que el resto de bordados del escudo y se ve mucho más claro. Lo menos afortunado del nuevo diseño quizás sea lo alta y suelta que quedaba la corona, que revelaba abiertamente que una vez había formado parte de una crestería. Otro detalle que nos gustaría subrayar es el de las jarras del paso de la Virgen, donde las flores están dispuestas en forma cónica. 

La última foto, de nuevo del paso del Señor, esta tomada ya en la plaza de Argüelles, en su número 2, que es donde tenía su barbería Manuel Selma Vallaga, cuyo rótulo aparece. No es esta vez Serrano su autor, sino Sánchez del Pando. En ella se puede apreciar aún mejor la escasas flores que aparecen salpicadas en el monte de corcho que simula la roca de camino al Calvario. Los cirios depositados en el mismo paso, el actual escudo de la hermandad en uno de los laterales del canasto del paso del Señor, pero sobre todo la iluminación de la primitiva efigie de Nuestro Padre Jesús de la Salud, bañado por la luz del sol en la mañana del Viernes Santo con esa maravillosa túnica bordada de tisú de oro de color hueso.

Nuestro Padre Jesús de la Salud en la mañana del Viernes Santo de 1925.
Foto Cecilio Sánchez del Pando. Archivo Hermandad Sacramental de los Gitanos.

Y así transcurrió la mañana del Viernes Santo 10 de abril de 1925. ¡Cuánto han cambiado las cosas en un siglo! De ser una hermandad con las listas abiertas pero a la que pocos querían entrar, hemos pasado a un cortejo con miles de nazarenos. De tener que pedir por los comercios en cuaresma para que se pudiera hacer estación de penitencia, a manejar un generoso presupuesto. Quizás se perdió espontaneidad y autenticidad, pero en todo un siglo se ha ganado, y mucho.



1. Véase UN TROCITO DE TISÚ

2. Véase LA CORONA DE ESPINAS DE JOAQUÍN BILBAO

3. Archivo Municipal de Sevilla. Ferias y festejos. Año 1925. Expediente 3. D/669. El montante de la subvención ascendía a 1.545,56 pesetas.

4. Hemeroteca Municipal de Sevilla. El Liberal. 11 de abril de 1925. Sevilla, pág. 4.

sábado, 1 de febrero de 2025

DOCUMENTO DE LA HISTORIA. PARTIDA DE BAUTISMO ORIGINAL DE SEBASTIÁN MIGUEL DE VARAS Y MIRANDA.

En el anuario de la Cuaresma de 2024 y en estas mismas páginas ya mencionamos la partida de bautismo del fundador de la hermandad, hoy traemos una foto original de la misma:

Archivo Catedralicio de Cádiz. Bautismos. Libro 38. Año 1717. Fol. 231.


Sebastián Miguel

En Cádiz diez y nueve de julio de mil setecientos y diez y siete años yo Don Valentín Themudo cura de noche del Sagrario de la Santa Iglesia Cathedral de esta dicha Ciudad Bauticé solemnemente a Sebastián Miguel que nació a siete del presente mes hijo de Pedro de Miranda y de Juana Jacinta su legítima mujer fue su padrino Sebastián Núñez, advertirle sus obligaciones siendo testigos Pedro de Vargas y Pedro Felipe todos vecinos de esta ciudad y lo firmé fecha ut supra. = Don Valentín Themudo.

 

Al margen izquierdo se dice:

En virtud de mandamiento del Señor Provisor que queda entre estas hojas se tildó y se entrerrenglonó lo que por él se mandó. Cádiz y diciembre 22 de 1745 años.

Guzmán

 

El mandamiento que se encuentra entre las páginas:

Dn. Pedro Joseph de Vera y Baena prebendado de la Santa Iglesia Cathedral de esta ciudad provisor y vicario general de esté obligado que por la presente que el cura semanero de la Santa Iglesia Cathedral de esta ciudad busque en el libro de Baptismos la partida del que se hizo a Sebastián Miguel en diez y nueve de Jullio del año de mil setecientos diez y siete y está hojas 231, y en ella texte el nombre de Luisa Ximénez que se le puso a la madre de dicho Baptisado, y en su lugar entrerrenglone el de Juana Jacinta, de forma que diga, hijo de Pedro de Miranda y de Juana Jacinta. Y en esta conformidad dará a las partes las certificaciones que necesitasen, por quanto assí lo tenemos mandado por nuestro auto de hoy. Dado en Cádiz a veinte y dos de diciembre de mil setecientos quarenta y cinco. (Rúbrica)

A modo aclaratorio, Luisa Jiménez era abuela paterna del fundador que estaría presente en el momento, debió de ser un error a la hora de escribir el bautismo. Es bastante probable que esta reclamación la hiciese el propio fundador, quizás necesitase para aquel entonces una copia de esta partida de bautismo para algunos de sus pormenores.


Pila de la antigua catedral de Cadiz donde se bautizó
Sebastián Miguel de Varas Miranda.







miércoles, 1 de enero de 2025

LAS MILICIAS GITANAS

Que Sebastián Miguel de Varas y Miranda tuvo que ser una persona con un carisma especial es algo de lo que nos quedan pocas dudas después de conocer un poco más de su vida. El hecho de que liderara a los gitanos trianeros en la fundación de nuestra cofradía ya lo prueba, pero existe un sorprendente documento, que hasta ahora no se había relacionado con su persona, y por el que podemos conocer otra genial iniciativa suya, sólo nueve años después de la aprobación de nuestras reglas1.

En las últimas entregas sobre sus andanzas dejamos a nuestro fundador en torno a 1760, viviendo en el Compás de la Laguna y próximo a iniciar otro viaje a las Indias2Se da la circunstancia de que es alrededor de estas fechas cuando Sebastián Miguel y sus hijos dejan de aparecer en los padrones de la Parroquia del Sagrario con el apellido De Varas y adoptan el de Miranda. El hecho de que aquí firme simplificadamente como Miguel de Miranda es lo que ha despistado a los historiadores que no han relacionado este documento con el fundador de la Hermandad de los Gitanos. Fue nuestro hermano Francisco José Hevia Franco quien me enseñó que en un índice de mediados del siglo XIX existía este curioso documento relacionado con él. 

Es coincidiendo precisamente con la vuelta de Sebastián Miguel de esta navegación3, cuando se precipitan una serie de acontecimientos históricos y, el 4 de enero de 1762, el Reino Unido de Gran Bretaña declara formalmente la guerra a nuestra nación, por su alianza con Francia. El país se moviliza ante la inminente contienda bélica y en distintos puertos y ciudades españolas se organizan por iniciativa de Carlos III unas milicias urbanas. Conformadas por artesanos, menestrales y distintos gremios, dichas milicias tenían como función colaborar en la defensa de estas plazas en ausencia del ejército regular.


Las milicias urbanas de Cádiz vistas por el litógrafo José Villegas.


Conocedor, quizás por algún familiar, de que en Cádiz se han constituido estas milicias con la participación de algunos castellanos nuevos, Sebastián Miguel y Simón Ysidro García4 , tras otorgar previamente ese mes de enero de 1762 sendos poderes a los procuradores de la Real Audiencia Francisco de Paula Andrades, Juan Antonio Rodríguez y Miguel de las Cuevas para que les representen5, escriben una instancia a la Junta de Guerra para formar en Sevilla no una, sino dos compañías integradas exclusivamente por gitanos. El memorial, conservado entre los papeles que el municipio adquirió tras la muerte del Conde del Águila6, dice así:

11Mar1762

Sres. de la Junta de Guerra = Miguel de Miranda y Simón Ysidro García, vecinos de estta ciudad a quienes llaman castellanos nuevos, con el respeto que dizen, que siendo nottorio los esfuerzos que se hacen para servir a S<u> M<ajestad> (que Dios guarde) en la presente Guerra y estimando lo que emplean y demás de sus familias por la maior honrra el acredittarse vasallo de S<u> M<ajestad> (que Dios guarde) desean servirle alenttándoles el exemplar de lo acaecido en la ciudad de Cádiz en la que se ha formado una compañía con aprobación y aplauso del Ex<celentísi>mo S<eño>r Gobern<ado>r y Then<ien>te de Rey de aquella plaza, y no siendo menos fervorosos los suplicanttes y consttándoles que esta ciudad y su Arzobispado podrán juntarse hasta 100 mozos solteros de edad desde 18 hasta 40 a<ños> de que pudieran formarse dos compañías para que aplicadas en qualesquiera puerto o resguardo sirviesen a S<u> M<ajestad> conttra los enemigos actuales de la corona, esttán promptos los que suplican a que siempre que V.S. los avilitte y les mande dar auxilio para recoger los referidos 100 mozos solteros cumpliran efecttivamente su propuestta logrando la prácttica de su afecttuosa inclinación en obsequio de su Rey a cuyo fin hacen a V.S estta representtación= Suplicando a V.S. se sirva admittirla dando sobre ello y su conttenido la providencia que ttenga por más convenientte para el deseado fin de lo que suplican en lo que receviran m<erce>d que con just<ici>a esperan de V<uestra> S<eñoría>s= Miguel de Miranda

Tras la instancia aparece un informe de D. Jerónimo Ortiz de Sandoval y Ortiz de Sandoval, caballero veinticuatro y procurador mayor perpetuo de la ciudad, con el siguiente tenor: 

Junta de Guerra de 13 de marzo de 1762.

Acordose de conformidad= en vistta de memorial de Miguel de Miranda y Simón Ysidro García, castellanos nuevos, someterlo al sr conde de Mejorada veintiquatro y Procurador Maior para que ttomando las mas seguras notticias informe su señoría a la Junta

Informe= En cumplimiento del anttecedentte Acuerdo devo hacer presentte a V.S. que aviendole escriptto al cavallero Procurador maior de la ciudad de Cadiz me responde que en aquella ciudad no se a levanttado ttal compañia de Gittanos: que aviendo alisttado el vecindario se han incluido en calidad de vecinos: Encuenttra muchos y mui graves inconvenienttes en la prettencion que inttenttan los de aqui, y yo hallo los mismos, pues de ninguna forma conviene adiesttrar a las Armas a una gentte ttan propensa a lo que es nottorio y que es su ordinaria ynclinacion, dentro de estta ciudad consisttirá el número de Gittanos solteros aviles en diezyocho a cortta diferencia para las compañias que intenttan formarse quieren que se les de Lizencia de irlos a buscar a ottros pueblos, la salida, y la buelta es un mar de perjuicios e inconvenientes: Por lo que soy de parecer que se les niegue la pretencion que hacen, Sevilla 31 de marzo de 1762=El Conde de Mejorada=

No se vio este Ynforme=


Desgraciadamente, como vemos en el informe del Conde de Mejorada, una vez más se impusieron los prejuicios y el recelo ¿Adiestrar en las armas a una partida de gitanos? ¿Permitirles ir de pueblo en pueblo buscando integrantes que completaran esas milicias? Eso no podía ser. Una crónica manuscrita de la Sevilla de aquellos años, también perteneciente a los legajos del Conde del Águila, nos aclara el final de aquella iniciativa.

"Hasta los gitanos pretendieron distinguirse, ofreciendo a la Junta de Guerra poner el Pie en Compañía de Infantes de tropa irregular, compuesta de ellos mismos, que no se les admitió" 7

Quizás Sebastián Miguel, que había demostrado con la creación de la hermandad que los gitanos eran tan buenos cristianos católicos como los que más, quiso aquí testimoniar que tampoco se podía dudar de su patriotismo, puesto que eran tan españoles como gitanos, ¿No había su propio padre perdido la vida junto a don Blas de Lezo en el famoso sitio de Cartagena de Indias defendiendo a su rey? Pero el asunto quedó en eso, en una curiosa instancia conservada en los archivos municipales de Sevilla firmada por un tal Miguel de Miranda, nuestro Sebastián Miguel de Varas y Miranda. 


1. Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Sección III (Justicia), serie Hermandades, legajo 12: Reglas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Madre de Dios de las Angustias. Las primeras palabras que aparecen en nuestras primeras reglas corresponden a su nombre: "Sevastián Miguel de Varas, vezino de esta Ciudad ..."

2. VÁZQUEZ ALEJO, Juan Carlos. "Notas sobre el fundador de la Hermandad de los Gitanos: Sebastián Miguel de Varas y Miranda". Hermandad Sacramental de los Gitanos - Cuaresma 2024. Sevilla, p. 176-178. Véase NOTAS SOBRE EL FUNDADOR DE LA HERMANDAD DE LOS GITANOS: SEBASTIÁN MIGUEL DE VARAS Y MIRANDA

3. Archivo de la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Libros Sacramentales. Padrones nº 35 (1763, 1764, 1765). Año 1763. Padrón 3º, fol. 29, n. 357. La ausencia de su nombre en los padrones de 1761 y 1762 pone de manifiesto la duración de este viaje. En el de 1763 lo encontramos viviendo en el Compás de la Laguna en la "Cassa de la Soledad" con su familia que aparece de la siguiente manera: Miguel Miranda, María García, María Miranda, Pedro Miranda, Juan García, Luiza de Flores, Juan García, Manuel García, Juana García, María García, Gabriel Miranda, Miguel Miranda. 

4. De Simón Isidro García hablaremos en otra ocasión, pero adelantamos que se trata de otro "castellano nuevo" fundador de la hermandad, vecino de Triana y posteriormente de los Humeros. Su hija, Juana García, contrae matrimonio con otro insigne hermano: Gerónimo de Campos, dando lugar a una saga de hermanos ilustres.

5. De manera independiente dan poder a procuradores, Sebastián Miguel de Varas y Miranda lo hace el 15 de enero de 1762: Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Secc. Protocolos. Signatura 11179. Oficio 17. Año 1762. Libro 1º. Fol. 57 r y vtº; Simón García lo hace en fecha 27 de enero de 1762, donde Sebastián Miguel de Varas aparece como testigo: A.H.P.Se. Secc. Protocolos. Signatura 11179. Oficio 17. Año 1762. Libro 1º. Fol. 92 r y vtº.

6. Archivo Municipal de Sevilla. Sección XI. Archivo y Biblioteca del Conde de Águila. Siglo XVIII. Sección Especial. Guerra. Tomo 29.

7. A.M.S. Secc. Conde del Águila, tomo 3 en cuartos, nº 9, pág. 147.

domingo, 1 de diciembre de 2024

RECITAL POÉTICO DEL PADRE CUÉ

De entre los grandes pregoneros para su Semana Santa que pudieron ser y no fueron, porque Sevilla los dejó pasar lamentablemente, se encuentra sin duda el jesuita Ramón Cué Romano, autor del que se dice es el libro más vendido y leido sobre los días grandes de nuestra ciudad: "Cómo llora Sevilla...".


El Rvdo. Padre D. Ramón Cué Romano.


De este célebre jesuita mexicano ya se ha hablado en estas páginas, haciendo mención a como el reverendo padre Pedro Ayala, antiguo director espiritual de la hermandad, lo convenció para que predicara en Santa Catalina el quinario de nuestra hermandad de 1948 (1). Don Ramón había llegado un par de años antes a nuestra ciudad para estudiar historia de América en la universidad, pero ya se había labrado una fama de gran predicador. En el archivo de nuestra secretaría se conservan las actas de una comisión parroquial de cultos creada ese año para organizar el quinario y la salida procesional. Bajo la presidencia del párroco, Aurelio Martín Bogarín, en ella participaron a título de vocales hermanos de la talla de José Vega Niño, en funciones de mayordomo, y Diego Vargas García (más conocido como "Diego el de Concepción") en funciones de diputado de cultos (2). Como miembros auxiliares se designó a José Vega de los Reyes, José María de la Concha Meneses, Francisco Ponce Redondo y José María Forcada Cabanellas. En estas actas se detalla como se organizaron y costearon estos cultos, y sobre estos mismos pormenores escribió un interesante artículo en el Boletín de las Cofradías el profesor Javier Ramos Sáez (3).

Pero eso que hemos dicho de que el Padre Cué se quedó sin dar su pregón es algo relativo. Sin duda no dio el oficial, que ese año, como era entonces habitual, se celebró el Domingo de Laetare, y estuvo a cargo de Miguel García Bravo-Ferrer, el antiguo diputado republicano que había defendido años atrás en el congreso que en aquel estado laicista pudiera seguir celebrándose el culto externo. Una semana tras el pregón de Bravo-Ferrer, y ya finalizado nuestro quinario, el Domingo de Pasión 14 de marzo de 1948, Ramón Cué se subió a las mismas tablas del teatro San Fernando a ofrecer un "recital poético". La Hoja del Lunes informaba así de ello al día siguiente (4)





"En el teatro San Fernando y en la mañana de ayer domingo, el ilustre escritor y gran poeta reverendo padre Ramón Cué Romano S.J. desarrolló un admirable recital poético sobre temas de la Semana Santa en Sevilla. La sala del teatro presentaba un brillante aspecto. La banda de música del regimiento de Soria interpretó magistralmente una marcha funebre de Gounod y la célebre "Amargura" de Font y de Anta.
Con arrolladora elocuencia, que arrebató al público de emoción, el padre Cué definió poéticamente varios aspectos de nuestra Santa Semana, arrancando al concurso entusiastas aplausos.
Muy inspirada la poesía a la calle Placentines, así como la descripción de los pasos de palio. En resumen, el conferenciante respondió a su fama como orador y autor de sentidos poemas.
La compañía Lope de Vega interpretó un admirable cuadro plástico, escuchando muchos aplausos.
Terminado el acto, que resultó muy solemne, el hermano de "Gitanillo de Triana" y en nombre de la Hermandad de los Gitanos, hizo entrega al padre Cué de un magnífico retrato de la Virgen de las Angustias, encuadrado en artística moldura.
Las saetas fueron cantadas por Pepe Valencia."

Teniendo en cuenta que el gerente del teatro San Fernando era Francisco Camps Espinosa, protector de la hermandad, y como en la misma crónica se nombra al hermano de "Gitanillo de Triana", que no era otro que Pepe Vega de los Reyes, integrante de la referida comisión de cultos, así como la entrega de un cuadro dedicado con la Virgen de las Angustias, e incluso la intervención del más afamado saetero de la hermandad de la época, José García González "Pepe Valencia" (5), podemos sospechar que la Hermandad de los Gitanos tuvo algo que ver con la celebración de aquella especie de pregón paralelo del padre Cué. 

Debemos añadir que aunque no conocemos que poemas se recitaron en aquel acto, el hecho de que “Cómo llora Sevilla...” terminara de imprimirse una semana antes, en la doménica "Laetare", nos hace suponer que aquel recital fue sobre todo una presentación del mismo libro, y terminaremos diciendo que Don Ramón Cué, el que había declinado en un principio predicar aquel quinario, acabó nada más y nada menos que presidiendo nuestra cofradía aquella madrugada de Viernes Santo de 1948 (6).


Invitación para el Pregón de la Semana Santa de 1948.






1.- Véase la entrada del blog en noviembre de 2019 "EL PADRE PEDRO MARÍA AYALA".
2.- Véase la entrada del blog en julio de 2016 "EL ÚLTIMO DE LOS CAMPOS".
3.- RAMOS SÁEZ, Javier. "Una comisión de cultos en la Hermandad de los Gitanos. Aspectos descriptivos e históricos de la organización del quinario de 1948 en la parroquia de Santa Catalina". Boletín de las Cofradías de Sevilla nº 656. Especial XXV aniversario de la Coronación de Mª Stma de las Angustias. Octubre, 2013. Pags. 754-756.
4.- La Hoja del Lunes, edición de 15 de marzo de 1948, pág. 5.
5.- Véase la entrada del blog en febrero de 2017 "HOMENAJE A PEPE VALENCIA".
6.- Diario ABC, edición sevillana del 27 de marzo de 1948, pág. 6.

viernes, 1 de noviembre de 2024

LA PAJARITA EMPODERADA EN EL COMPÁS DE LA LAGUNA

En la historia de la fundación de la Hermandad de los Gitanos se ha resaltado siempre el protagonismo que tuvo una mujer: María Josepha García, más conocida como María la Pajarita. Es un caso excepcional en la historiografía cofrade. Ya vimos que tanto José Bermejo como Luis Pérez Porto la nombran en sus respectivas obras, y siempre refiriendo que fue ella quién donó la imagen de nuestro antiguo Titular (1). Investigando en los padrones, tanto de la Parroquia de Santa Ana, como en los de la del Sagrario, la encontramos muchas veces a cargo de la familia, mientras al lado del nombre de su marido aparece la palabra "ausente", lo que es lógico por sus quehaceres de navegante, pero también en alguna ocasión este adjetivo figura junto al nombre de ella, lo que nos indica que muy seguramente sea cierto eso de que viajó con su esposo a América (2). Sus hijos quedaban entonces bajo la tutela de sus abuelos: Juan García "Pajarito", y Luisa Antonia de Flores, que convivieron siempre con ellos en el mismo nucleo familiar. Pero no vamos hoy a hablar de los viajes de María, de los que quizás algún día encontremos más datos, sino de todo lo contrario, de su vida cuando ella se quedaba en Sevilla con la prole, y queremos traer a colación un documento conservado en el archivo de protocolos, por el que Sebastián Miguel de Varas, próximo a emprender un nuevo viaje a las Indias, le otorga ante escribano público amplios poderes para llevar la economía familiar y disponer de sus bienes en su ausencia.


A.H.P.Se. Secc. Protocolos Notariales. Oficio 24. Signatura 17172. Único 1760. Folio 288 r.


A.H.P.Se. Secc. Protocolos Notariales. Oficio 24. Signatura 17172. Único 1760. Folio 288 vtº.


Como quiera que se trata de un documento extenso, farragoso y lleno de formulismos jurídicos, y puesto que damos por sentado que nadie entra a este blog para estudiar derecho, hemos optado por resumir la trascripción, que dice más o menos así:

Poder y Licencia Sebastián de Miranda Varas a María Josepha García su mujer

Sépase como yo, Sevastián Miguel de Miranda Varas, Castellano nuevo, vezino de esta ciudad de Sevilla, collazión de Santa María la Mayor en el sitio del Compás de la Laguna y de partida a hacer viaje a las Indias en la proxima flota: otorgo a que doy mi poder cumplido facultad y licencia en forma a María Josepha García mi lejítima muger, también castellana nueva y vecina de esta dicha Ciudad en la dicha collazión referida, especial o general, segun lo necesite, para que pueda regir gobernar y administrar ttodos mis vienes y hazienda, trattar, contrattar y comerciar con ellos con todo quantto le parezca util a la dicha mi muger, comprando y vendiendo qualesquiera bienes muebles y raices, disponiendo de todos los frutos y renttas de ellos y de otros qualesquiera efectos y mercaderías, haciendo con su razón todos los tratos y contratos con las personas, en los tiempos, cantidades y plazos que le pareciere, y dando y tomando en arrendamiento por los tiempos, precios, condiciones y obligaciones que quisiere qualesquier casas y otras qualesquier fincas y bienes raices, haciendo si lo tuviera por conveniente qualesquier fianza o abono y otorgar sobre todo ello y lo demas expresado las escripturas, papeles y contrattos que lo requieran con ttodos los requisitos y circunstancias y me obligue y se obligue en todo al cumplimiento de quanto en razón de los expresado y sobre todo lo aqui expresado y demás que se le ofrezca pueda dar y ottorgar en mi nombre y representando mi propia persona cualesquiere poder o poderes que ttenga por convenientes con todas las clausulas que se requieran general administración, relevazión y obligazion en forma (...) Fecha la cartta en Sevilla a siette dias del mes de junio de mil settezientos y sesenta años y el ottorgante lo firmó de su nombre en este Rejistro y presenta por testigos de su conocimiento que juraron en forma de derecho ser el contenido y llamarse como se ha nombrado a Juan Anttonio de Garfias, oficial de la pluma y vezino de esta ciudad y a Luisa Antonia de Flores, vecina de ella collazión de Santa María la Maior que presenttes estaban y que se nombraron y siendo testigos del otorgamientto el dicho Juan Antonio de Garfias Pedro de Gazeaga y Francisco del Real vecinos de esta dicha ciudad=


Es curioso que, en una época en que el registro civil no existía, y menos aún normativas sobre el uso y orden de los apellidos, el escribano anota al comienzo Sebastián Miguel de Miranda Varas, y él firma al final Sebastián Miguel de Varas Miranda. La escritura se fecha en 1760, cuando la familia no se encuentra ya radicada en Triana, sino en un lugar muy particular de la otra orilla del río. 

No lejos del convento del Pópulo y cercano a la calle de la Mar, la actual García de Vinuesa, por la que tantas personas transitaron para embarcarse hacia el nuevo mundo, se encontraba el Compás de la Laguna, barrio que había sido antiguamente la mancebía de Sevilla, pero que por esta época se estaba intentando rehabilitar desecando un antiguo brazo del rio que en las crecidas lo anegaba, a lo que debía su nombre. Allí tenemos a la familia de Varas Miranda empadronada entre 1759 y 1779 (4) . Dos décadas en las que, aunque en las mismas contadas calles de la pequeña barriada, figuran en distintos domicilios, lo que nos hace pensar que vivían de alquiler y que María tuvo que usar más de una vez ese poder para tomar en arrendamiento que le había dado su marido. Los vemos viviendo unas veces en una llamada casa de la Ánimas, otras en casa de la Verónica, en la casa de la Soledad, casa del Granado, corral de los ciervos, corral nuevo. Aquel era un barrio además con presencia gitana. Una desgraciada presencia resultado de la prisión general de gitanos de 1749. Allí, en el famoso corral del Agua, fueron recluidas un buen número de castellanas nuevas forasteras, arrancadas de sus familias en aquel intento de exterminio. A las sevillanas, como se sabe, se las llevaron a Málaga. 

En un informe de agosto de 1750 sobre en que lugar establecer un hospicio municipal, el teniente de asistente de la ciudad, don Raimundo de Sobremonte, indica: “No he hallado otro más a propósito que el que llaman Compás de la Laguna, donde hoy existe en custodia las gitanas que no han pedido las justicias de sus respectivos pueblos (...) con la comodidad de estar hechas ya las obras para que estén en clausura”. Y es que el barrio conservaba aún la cerca que separaba a la antigua mancebía del resto de la ciudad (5). Tenía incluso su propia puerta, el arco de Atocha, que no daba a extramuros, sino que miraba hacia el interior, en lo que hoy es el cruce de la calle Jimios con Gamazo y Zaragoza. En la esquina del restaurante Becerra podemos ver aún incrustada en la pared una de sus columnas.


"Mapa del citio, o plan de la Ysleta, del Compaz, y la Laguna, della Ciudad de Sevilla" (1749) Archivo de Simancas.

Aquel pequeño y cerrado enclave, prácticamente un gueto, fue la zona donde María tuvo que sacar a su familia adelante durante las ausencias de su esposo. En alguno de esos padrones de la parroquia del Sagrario, concretamente el de 1775, año en que el fundador está ausente por una larga temporada y María vive junto a su hija y su yerno Juan Monje, figura incluso una anotación junto al domicilio con la palabra "taberna". Es cierto que las mujeres en el antiguo régimen gozaban de pocas libertades, y todavía en el siglo de las luces estaban bajo la protección y tutela o de sus padres o de sus esposos, pero algo estaba cambiando, y especialmente para las gitanas. El hecho de que aquella infamia que se conoce como la Gran Redada las hubiera dejado de la noche a la mañana sin sus hombres, y que las recluyeran con sus hijos menores, debió de suponer una nueva coyuntura que las llevó a tomar a la fuerza las riendas de lo que quedaba de sus familias, y nada debió de ser igual desde entonces. En el caso de María, pasado ya aquel triste episodio, los viajes de Sebastián Miguel fueron un acicate más para ese protagonismo que tuvo en los años fundacionales de la hermandad y que ha hecho que su nombre, aunque no conste como el de su marido en las viejas reglas de la cofradía, sí que aparezca archivado en los oficios de los escribanos públicos que intervenían en el tráfico mercantil (6), y que por supuesto haya quedado escrito con letras de oro en nuestra historia. Esa fue la Pajarita: una gitana empoderada del siglo XVIII. 


1.- Véase en el blog MARÍA LA PAJARITA Y SU CRISTO.

2.- Archivo Parroquia de Santa Ana. Padrones. Caja 149/1. Año 1744. Fol. 27 r. N. 413. 

3.- Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Sección Protocolos Notariales. Oficio 24. Signatura 17172. Único 1760. Folios 288 r y vtº. "Poder y licencia Sebastián de Miranda Varas a María Josepha García su mujer"

4.- Archivo de la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Libro Sacramental. Padrones nº 33 a 40.

5.- AGUILAR PIÑAL, Francisco, "La Sevilla de Olavide", Sevilla, 1966, pp. 53-55

6.- Poder y licencia Sebastián de Miranda y Varas a María Josepha García su mujer. A.H.P.Se. Sección Protocolos Notariales. Sign. 17172. Fol.288 r y vtº. Año 1760.

Poder para testar Sebastián de Miranda y Varas a su mujer. A.H.P.Se. Sección Protocolos Notariales. Sign. 17172. Fol.289 r y vtº. Año 1760.

Sustitución de poder María Josepha García a procuradores. A.H.P.Se. Sección Protocolos Notariales. Sign. 17172. Fol.416 r y vtº. Año 1760.



martes, 1 de octubre de 2024

EL CARDENAL ILUNDÁIN, LAS SAETAS Y LOS "CAÑÍS PROHIBIDOS"

Mi amigo Manuel Rodríguez Fernández, Manuel "Guiamo", guarda con cariño un viejo recorte de prensa. Procede, según nos parece, de alguna revista o periódico de tirada nacional anterior a la guerra civil, y en él aparece su padre, Pedro Rodríguez García (1), vestido de nazareno en sus años mozos. A su lado, un anónimo saetero, con un flamenco pañuelo de lunares al cuello, canta al paso de nuestra cofradía. 

Digo que debe ser anterior a la guerra porque Perico Rodríguez fue un joven más de aquella generación que, de un día para otro, sin comerlo ni beberlo, se vio envuelta en una terrible contienda fratricida. Volvió de ella como sargento jubilado y con el cuerpo lleno de metralla para el resto de su vida. Parecido fue el caso de Joaquín Serrano Filigrana, hermano mayor en el año de la bendición del Señor, que igualmente regresó herido del frente y tuvieron que darle una pensión, aunque mucho peor le fue al hermano Juan Caballero Heredia, cuyo nombre aparecía en las intenciones de la convocatoria de los cultos cuaresmales de 1939 con un triste "Caído por Dios y por España".




Pero no vamos a escribir hoy sobre la guerra, sino que este entrañable recorte con el saetero cantando a pie de paso nos va a dar la ocasión de tratar un asunto que se dio unos años antes, en 1929, la prohibición de las saetas cantadas por profesionales decretada por el cardenal don Eustaquio Ilundáin.

En enero de aquel año, el de la Exposición Iberoamericana, el cardenal publicó una carta pastoral en la que, además de exhortar a las hermandades a disminuir la presencia de las mujeres tras los pasos, suprimir las paradas injustificadas de las procesiones, o que las cofradías de madrugada estuvieran todas recogidas en su templo a las nueve de la mañana, proponía que no se permitiera la interpretación de saetas por los profesionales del cante, pues en su opinión estaban desvirtuándolas. Es interesantísina la exposición de motivos:

"Desde hace algún, tiempo viene adulterándose en algunos detalles la legítima tradición religiosa y sevillana de algunas procesiones de la Semana Santa, con perjuicio del verdadero espíritu religioso. Esto ocurre, entre otros, en el canto de las llamadas "saetas", por haberse introducido la práctica de cantar "saetas" por cantores de teatros u otros artistas, requeridos al efecto para hacer alardes de voz o de arte, desde los balcones de Casinos o Centros de recreo o desde otros edificios particulares, convirtiendo así la "saeta", que debe ser una plegaria espontánea inspirada por la piedad personal, en un espectáculo que por sus circunstancias resulta impropio de la religiosa gravedad y devoto recogimiento reclamados por la naturaleza de las procesiones de nazarenos penitentes conmemorativas de la pasión y muerte de Nuestro Divino Redentor" (2)

Quizá cabría preguntarnos qué criterio usaría un señor nacido en Pamplona y llegado a Sevilla sólo unos años antes para observar esa adulteración del cante por saetas, que al contrario, por esas fechas, y gracias particularmente a cantaores gitanos, se había engrandecido, y dejando atrás esos monótonos melismas que aún se conservan en algunos pueblos, había tomado de la siguiriya, la toná y los martinetes una mayor prestancia.

El caso es que se convocó a los hermanos mayores de todas las cofradías sevillanas a una reunión en el palacio arzobispal el cuatro de febrero de aquel año, donde se les dio lectura de la carta en presencia del vicario general y el notario eclesiástico. No debieron de salir muy convencidos los señores hermanos mayores, porque al terminar la reunión, muchos marcharon a entrevistarse con el alcalde. Al no encontrarlo, dejaron una carta reclamando una reunión, firmada por los hermanos mayores del Calvario, San Roque, la Macarena, la Estrella, la Soledad de San Buenaventura, la Exaltación, la Quinta Angustia, las Aguas, la Lanzada, la Carretería, el Gran Poder, el Museo, San Isidoro, San Bernardo, Los Panaderos, Santa Cruz, Estudiantes, Cristo de Burgos, Siete Palabras, el Cachorro, Esperanza de Triana, Coronación de Espinas, Cristo del Amor, Santo Entierro, la Trinidad, San Juan de la Palma, la Calzada, el Buen Fin, Pasión, la Cena y San Vicente. ¿Y por qué no firmaría esa carta el hermano mayor de los Gitanos? (3).

Nuestra hermandad siempre tuvo a gala no contratar saeteros. Al Señor de la Salud y a la Virgen de las Angustias no se les cantaba por dinero, sino por devoción. Eso era una norma no escrita que siempre se respetó. Es más, yo creo que sí a alguno de los grandes cantaores y cantaoras gitanos de esas décadas la hermandad les hubiera ofrecido dinero, se habrían sentido hasta ofendidos, como si se estuviera poniendo en duda su gitanería. Nuestra cofradía no tenía de que preocuparse y en ese sentido considerarían que el decreto de Ilundain no les afectaba. ¿Pero que pasó entonces ese año? Lo de estar recogidos antes de las nueve de la mañana, ya os digo que no se cumplió. Entramos a las diez, y la Macarena a las doce, pero ya se sabe que si no andan las de delante, las de atrás no tienen otra opción que tragarse el retraso acumulado. En cuanto a las saetas, lo mejor sería traer unos comentarios que publicó El Liberal en su crónica de la Semana Santa del Sábado Santo:

"Este año han escaseado los cantaores profesionales en los balcones. ¿Por cumplir una orden que se ha entendido mal? No. Porque los «cantaores» han pasado de «vivos» á «divos». Hay profesional que se ha dejado pedir por cantar en un balcón tres mil pesetas por dos días. Los ha habido que querían por la madrugada solamente cinco mil pesetas. «La copia andaluza» los ha vuelto locos. Cantar en un balcón es dejarse la garganta pegada á los hierros; pero, ¡caramba, mil duros son muchas pesetas!" (4).


La cosa quedó pues en agua de borrajas, pero aún así, un año más tarde y haciendo balance de la madrugada del Viernes Santo, el mismo periódico no evitaba hacer el siguiente comentario: 

"En San Román han cantado los «cañís prohibidos»: Manuel Torres, El Gloria, Caracolillo y otros sin cartel.

¡Y han cantado de bien!" (5).


Foto de la entrada de la cofradía alrededor de 1929 tomada por Juan José Serrano.
Archivo Serrano. Fototeca Municipal de Sevilla.



1.- Pedro Rodríguez García figura con el número 17 en el libro-registro de hermanos de 1949, y en el lugar reservado para cargos aparece que es en esas fechas consiliario. Vivía en plena Cava de los Gitanos, en el 112 de Pagés del Corro. 
2.- El Noticiero Sevillano. edición del 6 de marzo de 1929, pág. 8. Contiene la exposición de motivos de la carta pastoral, publicada dias antes en el Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Sevilla.
3.- El Correo de Andalucía, edición del 5 de febrero de 1929, pág. 1. Contiene la lista con nombres y apellidos de los hermanos mayores firmantes de aquella carta al alcalde, y no aparece el de nuestra hermandad.
4.- El Liberal, edición del 30 de marzo de 1929, pág. 4.
5.- El Liberal, edición del 19 de marzo de 1930, pág. 5.