jueves, 1 de octubre de 2020

LA VISITA DEL GOBERNADOR REPUBLICANO


Mucho se ha escrito y de forma diversa sobre los años de la Segunda República en los que no salieron las cofradías: en 1932, con la conocida excepción de la Estrella, y en 1933. Mientras que para unos la decisión estuvo plenamente justificada por motivos de falta de seguridad ciudadana y por el anticlericalismo que mandaba en la política, para otros las hermandades se dejaron manipular por los elementos más conservadores, que las regían a través de la Federación de Hermandades y Asociaciones Piadosas de la Diócesis de Sevilla, constituida el 14 de febrero de 1932.

Es cierto que el nuevo régimen político no contaba aún con un mes de vida cuando ya se produjeron en varias ciudades graves incidentes que acabaron con el incendio intencionado de edificios religiosos. Aquel mayo de 1931 se había saldado en Sevilla con la capillita de San José arrasada por las llamas, y con el saqueo de los conventos de las Mínimas, el Buen Suceso, los Paules, Capuchinos y el Colegio de Villasís. La aparente pasividad de las autoridades locales alarmó a los católicos, y todavía se enrareció más el ambiente cuando se adoptaron una serie de medidas legislativas en orden a instaurar un laicismo militante, como la retirada de los crucifijos de las escuelas públicas, la prohibición del toque de campanas o la supresión de la ayuda estatal al culto y al clero.

En la cuaresma de 1932, ante el desorden social y temiendo atentados terroristas, comenzó en el seno de las hermandades y cofradías un debate acerca de la oportunidad de realizar o no ese año la estación de penitencia. El día 10 de febrero se celebró en un restaurante de la calle Albareda una reunión de hermanos mayores para estudiar el asunto, y aunque la postura mayoritaria fue contraria a las salidas procesionales, se dejó que el cabildo general de cada hermandad tomara la decisión final. 


Recorte de "El Noticiero Sevillano". 11 de Abril de 1932 (1)

Días después, la recién constituida Asamblea de la Federación de Hermandades, lo que hoy podría decirse el Consejo General de Cofradías, decidía que en esa Semana Santa se velara el Monumento de la Catedral la noche del Jueves Santo por todas las hermandades de Sevilla. Las hermandades asumieron el costo de la instalación del monumento, porque el ayuntamiento negó la subvención que hasta entonces daba al cabildo catedralicio para su montaje.

Parece ser que las autoridades locales deseaban las salidas de las procesiones, al menos para dar una sensación de normalidad. Se garantizó a las cofradías que ellas sí que cobrarían la subvención. Incluso la del año anterior, que había dejado pendiente de pago el ayuntamiento monárquico. El gobernador civil, D. Vicente Sol, trató de influir en la decisión de nuestra cofradía enviando un generoso donativo, conocedor de las sempiternas dificultades económicas de la hermandad.

Las cofradías fueron celebrando sus cabildos extraordinarios para decidir sí salir o no en procesión en la Semana Santa. En la nuestra, se acordó por unanimidad no salir. Además, se hacía mención del mismo modo que los días próximos a Semana Santa los pasos estarían expuestos en San Román para que los fieles pudieran visitarlos. Con el donativo de D. Vicente Sol se compró un hermoso ramo de flores que se envió a su señora esposa.

Como es sabido, esa Semana Santa sólo procesionó la Hermandad de la Estrella, el Jueves Santo, sufriendo una serie de altercados en su recorrido. Horas más tarde, llegada la madrugada, a nuestra hermandad le correspondía el horario de cuatro y media a cinco de la mañana del Viernes Santo en el turno de vela ante el monumento de la Catedral. Cada hermandad se citaba discretamente en la Puerta del Lagarto del Patio de los Naranjos, se organizaba en la Sala Sacramental del Sagrario, y desde allí, encabezada por la cruz de guía, hermanos de paisano con cirios, y el estandarte corporativo, pasaban ante las cuatro caras del monumento eucarístico, ante el que se realizaban los rezos durante media hora. Pero ¿Quién dijo que la Hermandad de los Gitanos no iba a hacer aquella madrugada pública demostración de fe por miedo? Mientras unos hermanos quedaron en el templo custodiando a nuestros sagrados titulares, otro grupo de hermanos, vestidos de paisano, pero en su mayoría descalzos, salió por las puertas de San Román con su cruz de guía y su estandarte, como si de un viernes santo más se tratara, y desde allí fue perfectamente formado por las calles de Sevilla hasta la catedral para honrar al Santísimo. El que fuera inolvidable vestidor del Señor, Francisco Vega Moreno, "Francisquito", que participó en esta insólita procesión con tan sólo trece años, la recordaba como uno de los momentos más emotivos que había vivido en la hermandad (2). Los cofrades a los que iban a relevar quedaron tan impresionados de tan valiente gesto que muchos de Pasión y el Gran Poder regresaron a sus sedes del mismo modo.

En cualquier caso, los temores que habían tenido aquel año muchos sevillanos no fueron infundados. No habían transcurrido dos semanas desde el Domingo de Resurrección cuando una mala noticia despertó a la ciudad. La Iglesia de San Julián había sido incendiada en la madrugada del 8 de abril por unos desalmados que echaron gasolina bajo su puerta. La Virgen de la Hiniesta, atribuida a Montañés, el Cristo de la Buena Muerte, la Hiniesta Gloriosa, habían perecido entre las llamas. 

Con estos antecedentes, en 1933 todas las cofradías decidieron no realizar la estación de penitencia, y se repitió el turno de vela. Nuestra hermandad volvió a montar sus pasos y al parecer se montó tal algarabía en la plaza de San Román que el nuevo gobernador civil, D. Joaquín García Labella, se personó en la misma, donde se le recibió con entusiasmo, invitándosele a pasar al interior de la parroquia. La prensa nos ofrece versiones contradictorias de esta visita según el sesgo político de cada periódico.

El madrileño y republicano diario "Ahora", del que fue subdirector Manuel Chaves Nogales, nos da la versión más pintoresca. El gobernador fue recibido en la iglesia de ¿San Ramón? con vivas al Cristo y a la República, se cantan infinidad de saetas e incluso dice que hubo un intento de sacar el paso, del que al final se desiste
.


Recorte del diario Ahora, edición del 15 de abril de 1933 (3).

Otro diario nacional, "El siglo futuro", de orientación carlista, no se queda atrás en cuanto al costumbrismo. Da a entender que el gobernador se presentó casi para resolver un problema de orden público en San Román, "el barrio de los gitanos". Los vivas aquí son a "la Sevilla católica". Se añade que hubo trompetas y tambores y se tocaron marchas procesionales, aunque nada se dice de que se intentara siquiera salir. Es el párroco quien abre las puertas del templo, y los gitanos se están hasta el amanecer cantando saetas y dando vivas.

 
Diario El Siglo Futuro, edición del 15 de abril de 1933 (4).

El que parece más ecuánime es el diario "El Sol", para el que la prestigiosa agencia de noticias Febus reporta lo siguiente:

"El gobernador civil acudió durante la madrugada a la plaza de San Román, donde se hallaban congregados todos los gitanos de Sevilla, para reverenciar a su Cristo. Los cofrades, al advertir la presencia de la primera autoridad gubernativa, le invitaron a pasar al interior de la iglesia, donde le hicieron un entusiasta recibimiento, alternándose los vivas a Cristo, a la Virgen de los gitanos y a la República. Algunos gitanos cantaron saetas" (5).

Lo que sí está claro es que, a pesar de lo convulso de aquellos tiempos, ninguno de los que estaban esa madrugada en el templo podía vislumbrar la terrible tragedia que se iba a vivir en España tres años más tarde. Ni aquellos antiguos hermanos podían imaginar que iban a perder las Sagradas Imágenes a las que vitoreaban, ni el pobre gobernador Joaquín García Labella intuir que sería fusilado en su Granada natal por sus ideas políticas.


1. Hemeroteca Municipal de Sevilla. El Noticiero Sevillano. 11 de abril de 1932. 
2. Boletín Informativo de la Hermandad de los Gitanos nº 16. Febrero de 1990. Pág. 14.
3. Hemeroteca D)igital de la B)iblioteca N)acional de España. Diario Ahora. 15 de abril de 1933. Página 8. 
4. H.D.B.N.E. El Siglo Futuro. Sábado 15 de abril de 1933, Página 2.
5. H.D.B.N.E. El Sol. 15 de abril de 1933. Página 6.