jueves, 1 de abril de 2021

LA SEMANA SANTA DE 1921

Otro año más que nos quedamos sin salir por esta maldita pandemia, y como hicimos en la pasada "madrugá" en este blog1, vamos a tratar de consolarnos rememorando lo que sucedía hace justamente un siglo.

Para ponernos en contexto, la hermandad por aquel entonces estaba gobernada por los gitanos de Triana. Así figura en los escritos dirigidos al Ayuntamiento de Sevilla en la fecha, donde se firman por parte de Nicolás Moreno como hermano mayor y Nicolás Moreno como mayordomo. Como en las firmas no figuran los segundos apellidos, no podemos saber si un cargo lo ocupaba el padre, Nicolás Moreno Camacho, y el otro su hijo, Nicolás Moreno Vega, aunque tampoco sería de extrañar que ambos los firmara la misma persona. En aquella época el cargo realmente más importante de las hermandades era el de mayordomo, que solía confundirse con la figura del hermano mayor.

Previamente en la Semana Santa, representantes de la hermandad de la Esperanza de Triana, el señor Galiano y el del Calvario, el señor Jerónimo Gil, del que ya hablaremos en otra ocasión, presentaron sus quejas a la presidencia solicitando que las hermandades de el Silencio y el Gran Poder, especialmente la primera, fueran puntuales a la hora de salir y transitar por las calles de la Campana y Sierpes2. Un problema el de los retrasos y contratiempos que fundamentalmente acababa pagando nuestra hermandad, al ser la última por pasar por carrera oficial en la madrugada del Viernes Santo. A pesar de estas advertencias, luego no se produjeron multas a corporaciones de la madrugada por retrasos. Cabe destacar que la nuestra era la menor de las subvenciones concedidas de la jornada, siendo de 975 pesetas por contra de las 1.000 para el resto3.

En la presidencia de los palcos de la plaza San Francisco, como representación de la ciudad al paso de las cofradías estaría el teniente alcalde don José Casado Muñoz y además, los señores concejales José Ojeda Rodríguez, Fernando Soto, Maximino Hortal y José Villullas. 

El horario de salida de San Román era a las 2:00 de la madrugada y en carrera oficial el siguiente: 4:15, entrada en Campana; 5:00, en plaza de la Constitución (San Francisco); 5:30, en la puerta de San Miguel; y 5:50, salida de la Catedral4. Contrasta de sobremanera en comparación con el pernicioso horario que disponemos para transitar hoy día.

En los escritos al Ayuntamiento de Sevilla se informaba que la hermandad iría por el recorrido acostumbrado, que no era otro que el siguiente: San Román, Peñuelas, Bustos Tavera, Santa Catalina, Almirante Apodaca, San Pedro, Imagen, Encarnación, Laraña, Orfila, Unión, Santa María de Gracia, Campana, Sierpes, Cánovas del Castillo a Catedral, Cardenal Lluch, Placentines Francos, Villegas, Salvador, Federico de Castro, Laraña, Encarnación, Imagen, San Pedro, Almirante Apodaca, Santa Catalina y Sol.

En el otro escrito, como costumbre, se pedía el acompañamiento de los pasos por la Guardia Civil.

De la mañana del Viernes Santo de 1921 son las tres fotografías de Serrano que ilustran hoy nuestro blog. Dos de ellas, la primera y la última, las sacamos en una visita a la Fototeca Municipal de Sevilla, mientras que la segunda es una conocida postal que se editó y circuló en las fechas, y de la que conseguí adquirir un ejemplar a un coleccionista. Hay varios detalles a comentar.

Nuestro Padre Jesús de la Salud en la mañana del Viernes Santo de 1921. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.

El primero de ellos, si nos fijamos en la puerta cerrada de la parroquia de San Román, es que están apoyadas sobre ellas las tres únicas insignias que acompañaban al cortejo del Señor: la Cruz de guía, de aspecto claro o dorado diferente a la que vemos en años posteriores, el Senatus y la bandera del Señor.

Una apreciación va por el exorno floral, especialmente el de los candelabros de guardabrisas de las cuatro esquinas del paso, con flores y guirlandas que entrelazan desde la base hasta los brazos del mismo, para terminar con una piña cónica en el centro del candelabro. El monte del paso, luce un corcho a modo de camino del Calvario con algunas flores de estilo silvestre de manera punteada y salteada.


Nuestro Padre Jesús de la Salud a las puertas de San Román en 1921. Tarjeta postal Serrano. Archivo Juan Carlos Vázquez Alejo


En la segunda instantánea, la de la postal, con el paso vuelto ya hacia las casas fronteras a la ojiva de San Román, las puertas del templo siguen cerradas y un grupo de nazarenos se aglomera entre ellas y la trasera del paso, y podemos ver como visten el antiguo hábito nazareno que retratara Hohenleiter:  antifaz negro, túnica de sotana blanca y cinturón de esparto 5. No era un hábito que fuese uniforme, otros hermanos vestían de antifaz morado. Era más usual ver a éstos últimos en los tramos del Señor, siendo los de antifaz negro dejados para la Virgen. La realidad es que en numerosas fotos vemos el cortejo mezclado. Aquí podemos ver a un nazareno con antifaz morado en la esquina delantera del paso, y a otros dos, más alejados, justo debajo de la convocatoria de cultos que aparece fijada en la portada, que por cierto me ayudó a fechar las fotos. 


Nuestro Padre Jesús de la Salud en la mañana del Viernes Santo de 1921. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.


En la tercera foto, el paso del Señor está mirando para las calles Sol y Matahacas, y las puertas ya están abiertas. En el interior de la parroquia se adivina el canasto de un paso. Este no es otro que el del antiguo misterio de la Bofetá, fundada en 1919 con la ayuda del párroco y que saliese desde esta sede hasta 1924. El paso en cuestión es el que adquirió a la hermandad de la Cena en 19216. Existen fotos de la salida de la Virgen del Dulce Nombre desde San Román en 1921, y en ellas podemos apreciar la misma convocatoria de cultos de la que antes hablamos fijada en la portada.

Cronológicamente, esta con el Señor mirando para El Uno de San Román, sería la última de las fotos. No habría que descartar que se encontrara en esta posición el paso en deferencia a Francisco Gómez Rivero, propietario de la taberna, que como muchos industriales del barrio ayudaba económicamente a la salida procesional, pero podríamos esbozar otra teoría. Es más que probable que estuviera vuelto hacia allí esperando la llegada del paso de la Virgen por calle Sol. Ahí se realizaba la ceremonia de la "humillación" o las "humillaciones", el encuentro entre el Señor y la Virgen, que escenificaba el que la tradición cuenta que ocurrió en la calle de la Amargura. Esta costumbre, que dejó de realizarse en Sevilla por considerarse folklórica y porque ocasionaba retrasos, aparece recogida hasta en antiguas reglas de la "madre y maestra", la hermandad del Silencio, pero nuestra hermandad fue una de las últimas en dejar de practicarla, ya que continuaba realizándola ocasionalmente hasta la década de los cincuenta del pasado siglo. Hoy esta bonita tradición sólo se conserva en algunos pueblos.

En fin, estampas de la Semana Santa de hace un siglo que no volverán a repetirse exactamente igual. Este año, esta noche, ni siquiera podremos verlos a Él y a Ella por las calles de Sevilla, pero tendremos otra vez luminosas mañanas de Viernes Santo como aquella que hoy hemos querido rememorar. Ya queda menos.

2. Archivo Municipal de Sevilla. Colección Alfabética. Ferias y Festejos. Año 1921. Expediente 4. D/662
3. Ibídem.
4. Ibídem.
6. CARRERO RODRÍGUEZ, Juan. Anales de las Cofradías Sevillanas. Sevilla. Edición 1991. pág. 195.