miércoles, 1 de mayo de 2019

UN PRIMER PRÉSTAMO CON LA DE LAS TRES CAÍDAS

Para esta entrada traemos uno de los documentos más antiguos que conocemos hoy en día de nuestra Hermandad, y para ello nos trasladamos a los primeros años de vida de la corporación, al año 1757. Se trata de una escritura pública otorgada y firmada por el más insigne de nuestros hermanos fundadores: Sebastián Miguel de Varas y Miranda, gitano y vecino del barrio de Triana.

El documento en sí, recogido en papel timbrado con el sello de Fernando VI, es un reconocimiento del préstamo de algunos enseres efectuado por el prioste de la cofradía de las Tres Caídas, hoy más conocida como la Esperanza de Triana, para efectuar la primera salida procesional. Con esto contradecimos lo que durante muchos años han escrito y publicado algunos historiadores respecto a que nuestra primera salida en Semana Santa fue en el año 1758 (1) o 1759 (2), y se ratifica a Escobar, que ya recogía esta primera salida en 1757 diciendo así: "El Santo Cristo de la Salud del Pópulo, éste es primer año que sale que es Cofradía que han fundado los gitanos" (3). A pesar de que nuestras reglas fundacionales aprobadas en 1753 ordenaban que nuestro día señalado era el Jueves Santo, aquellos hermanos lo hicieron en la tarde del Miércoles Santo (4)desde el Convento del PópuloY este hecho no era por mera voluntad, sino por lo que el señor Provisor adjudicaba a cada hermandad el día, siendo las más "prestigiosas" las que salían en Jueves Santo, como la Antigua de San Pablo, Vera Cruz o Traspaso de San Lorenzo. Ese año salieron solo trece cofradías, y dos en Triana.

La de las Tres Caídas salía por aquel entonces en la madrugada del Viernes Santo, haciendo su última salida en 1756 y no volviendo a salir hasta la tarde del Viernes Santo de 1797. Es bastante lógico que se realizara una petición a la citada cofradía al tener esta en el año que nos ocupa los enseres en desuso, y siendo en su mayoría nuestros hermanos vecinos del barrio de Triana. Quizás hubiera también cierto sentimiento de culpabilidad al verse obligaba nuestra Hermandad a abandonar su sede fundacional del Convento del Espíritu Santo por el regreso de las Tres Caídas al mismo, aunque finalmente no se produjera ese retorno hasta varias décadas después.


   
A.H.P.SE. Secc. Protocolos, leg.16463
Único de 1757. Folio 160 r.
 
A.H.P.SE. Secc. Protocolos, leg.16463
Único de 1757. Folio 160 vtº.






















Procedemos a su transcripción: 

"Sépase como Yo Miguel de Varas y Miranda, vecino de esta ciudad de Sevilla en el barrio de Triana, Alcalde Primero y fundador de la cofradía del Santísimo Cristo de la Salud que está sita en el convento de Nuestra Señora del Pópulo orden de San Agustín descalzos extramuros de esta dicha ciudad digo que habiéndose determinado por los oficiales y hermanos de dicha cofradía que esta hiciera su estación y respecto a que por razón de ser nuevamente fundada le faltan algunas cosas para que salga con la decencia que corresponde, pedí a los oficiales de la cofradía del Santísimo Cristo de Tres Caídas sita en la parroquia de Señora Santa Ana de dicha Triana me prestasen diferentes alhajas y prendas de ella, a lo que han asentido con tal que otorgue escritura en que me obligue a volverlas según y en la forma que se me entregan, y he venido en ello y para que tenga efecto por esta presente carta otorgo que recibo de Julián Martín de Zúñiga vecino de dicha Triana, prioste de dicha cofradía del Santísimo Cristo de Tres Caídas; veinticuatro cañones de plata; doce varas de palo para el palio; la cruz de sangre; una demanda de plata; una canastilla para cera; ocho faldones, los cuatro de terciopelo y los cuatro de calimanco todo negro; y de ello por ser en mi poder me doy por entregado y satisfecho a mi voluntad, con renunciación de las leyes de la entrega y previo del recibo como en ella se contiene; y me obligo a entregar y volver a dicha cofradía del Santísimo Cristo de Tres Caídas y al referido su prioste o a quien por ella fuere parte todo lo expresado según se me ha entregado, luego que dicha cofradía del Santísimo Cristo de la Salud haya hecho su estación o sea pasado el día en que la ha de hacer sin aguardar otro término ni plazo alguno y si las dichas prendas tuvieren algún desmejoro, a pagar la cantidad de más en que se regulase por inteligentes el tal desmejoro o gasto que sea necesario hacer para subsanarlo, todo en dinero de contado en esta ciudad llanamente y sin pleito luego que esté destacado y regulado, sin aguardar otro plazo y por todo ello y las costas que se causaren consiento se pueda ejecutar en juzgados de esta ciudad y el juramento de que fuere representante por dicha cofradía del Santísimo Cristo de Tres Caídas sin mas recado y para la paga firmeza y cumplimiento de lo aquí dicho es obligo mi persona y bienes habidos y por haber y doy poder a las justicias y jueces de su majestad de cualquier parte que sean para que me apremien a lo aquí dicho es por todo rigor de derecho y será ejecutada como por sentencia definitiva convenida y pasada en cosa juzgada y renuncio las leyes y derechos de mi favor y la que prohíbe las generales del derecho hecha la carta en Sevilla estando en Triana en veinte y ocho de marzo de mil setecientos cincuenta y siete años y el otorgante a quien yo el presente escribano público doy fe conozco lo firma siendo testigos Francisco de Flores, Bartolomé Pérez y Alonso Pérez vecinos de esta dicha ciudad

Manuel Antonio de Zúñiga, escribano público                                                        Miguel de Varas y Miranda"

Tras buscar información sobre los enseres mencionados podemos decir que corresponden a lo siguiente:

·Los veinticuatro cañones de plata con bastante probabilidad se utilizarían para revestir los varales de madera del palio. Aunque cabe la posibilidad de que fuesen unos canutos de plata para las varas presidenciales de los alcaldes.
·La "cruz de la sangre" o "cruz de la sangre con su toalla de lienzo" hace alusión a una cruz con el sudario de Cristo entrelazado que se solía usar para abrir el cortejo procesional (5).
·La "demanda de plata" era una bandeja que se destinaba en la procesión para pedir limosna. 
·La canastilla para la cera correspondía a aquellos que llevaban una cesta para encargarse de encender la cera en la cofradía. Muy similar a lo que algunos diputados de tramo llevan hoy día.
·El calimanco era una tela de lana brillante a cuadros o brocado siendo mostrado por un solo lado. Fue muy utilizada en el siglo XVIII.

Es curioso como en la petición no se menciona para nada la parihuela o andas de los pasos. Ni el palio, ya sea el techo, las bambalinas... ¿Es posible que la hermandad ya tuviera esto y que sólo pidiera algunas cosas que le faltaban para poder realizar la salida?.


Puede sorprender que en este documento nuestro fundador firme como Miguel de Varas y Miranda, en lugar de utilizar su nombre compuesto de Sebastián Miguel, como hizo en la solicitud para formalizar las reglas de la cofradía, o como aparece también en la inscripción de un bautizo en Triana en el que, junto a una tal María García intervino de padrino en 1748, un año antes de la Gran Redada, documento que halló el historiador Juan de Dios Ruiz Sambruno en el archivo de la parroquia de Santa Ana (6). Estamos hablando de una época en la que aún no existía el registro civil y el nombre oficial era el que aparecía en los libros parroquiales. Por otra parte, con la persecución que vivieron en aquellos tiempos los gitanos, no parece extraño que quisieran estar lo menos identificados que fuera posible. Pero hay más. Cuando Carlos III ordena efectuar tres décadas después un censo de los castellanos nuevos que habitaban en su reino, entre los que viven en la ciudad de Sevilla aparece avecindado un tal Sebastián Miguel de Miranda, de 68 años, de profesión navegante, casado con María García, de 64, y que tiene a su cargo a su hija viuda María del Coral y a sus nietecitos Miguel e Isabel, de 10 y 9 años respectivamente. ¿Sería aquel abuelo el protagonista de nuestra historia que se inscribió en esta ocasión sólo con su segundo apellido para tratar de ocultarse del racismo y la intolerancia? ¿Era esta María García del censo aquella María "La Pajarita" cuyo marido, cocinero en un buque, hizo la pequeña fortuna con la que se consiguió comprar las imágenes y fundar la hermandad como cuenta la leyenda? Detrás de las leyendas se esconde casi siempre un trocito de historia que habrá que seguir intentando desvelar.


Grabado de Sevilla vista desde Triana. Año 1726. Anónimo.
El número 42 asignado corresponde al Convento del Pópulo.



(1). José Bermejo y Carballo en Glorias religiosas de Sevilla afirma de manera errónea que la primera salida es en 1758. 
En 1758 no salió ninguna cofradía en Semana Santa debido a las lluvias e inundaciones en toda la ciudad.
(2). Juan Carrero Rodríguez en Anales de las Cofradías Sevillanas también erró en escribir que nuestra primera salida fue en 1759. Nuestra Hermandad salió en 1759, pero siendo la segunda salida histórica.
(3). Manuscrito sevillano. Crónica general de cofradías, festejos, sucesos y hechos curiosos acaecidos entre 1713 y 1775. De Escobar. Estudio de Fernando de Artacho y Pérez-Blázquez. Página 145.
(4). Ibídem. Según esto, en 1757 fuimos la única cofradía que hizo estación de penitencia en la tarde del Miércoles Santo a la Santa Iglesia Catedral.
(5). Isidoro Moreno en su libro La Antigua Hermandad de los Negros de Sevilla: Etnicidad, poder y sociedad en 600 años de historia ,menciona y describe el objeto del que hablamos en la hermandad de los Negritos: "En 1649 figura ya en los inventarios "una toalla de la cruz de penitencia", que  otras veces se denominaba "la cruz de la sangre con su toalla de lienzo": se trata de la famosa Cruz de las Toallas- en aquel tiempo la palabra toalla equivalía a sudario- que abría la procesión,..." Página 107.
(6). Juan de Dios Ruiz Sambruno. "Sobre Gitanos sevillanos del siglo XVIII y su Hermandad". Boletín nº 38 de la Hermandad de Los Gitanos de Noviembre de 2003, dedicado al CCL Aniversario de la corporación. Páginas 23 a 29.