viernes, 1 de marzo de 2024

HACE UN SIGLO, 1924

Siguiendo como en algunos años anteriores intentaré acercar un poco lo que era y como era nuestra hermandad durante la cuaresma y Semana Santa de hace cien años, hoy nos toca el de 1924. Como era norma general para todas las cofradías, estas dirigían sus escritos al Ayuntamiento de Sevilla para comunicar su salida, estrenos, recorridos o demás asuntos relacionados con la seguridad de las procesiones. En la corporación de los Gitanos fueron dos escritos que traemos a estas pásinas.


Archivo Municipal de Sevilla. Ferias y Festejos. Año 1924. Expediente 1. D/667.

En el primer escrito se dice lo siguiente.

Excelentísimo Señor Alcalde, la hermandad que al margen pone acuerda hacer estación a la Santa Catedral con sus imágenes en la madrugada del Viernes Santo. El recorrido: Peñuelas, Bustos Taveras, Gerona, Alcázares, Coliseo, plaza de la Encarnación, Universidad, Orfila, Unión, plaza del Duque, regreso a lo que su excelencia mande, Dios guarde a V. excelencia muchos años.

Sevilla 29 de febrero de 1924.

Mayordomo                                      Hermano Mayor

Manuel Vega                                    Antonio Moreno

 

Como se puede ver, prácticamente el mismo recorrido que se realiza ahora a pesar de salir de una sede diferente, el cambio sería el de la calle Dueñas por el de Bustos Tavera. Entonces la Casa de Alba no estaba aún vinculada con la hermandad, pero la calle Gerona sí estaba llena de hermanos y devotos. Está firmado por el hermano mayor Antonio Moreno Vega, hijo de Nicolás Moreno Camacho del que en alguna ocasión ya hemos hecho mención, y por el secretario Manuel Vega, y aunque no pone el segundo apellido, es muy probable que fuese el mayor de los Gitanillos de Triana, Manuel Vega de los Reyes "Pacorro", que entonces tendría alrededor de los treinta años.

El vicario general del arzobispado, Jerónimo Armario, responde el mismo 29 de febrero otorgando licencia.

Archivo Municipal de Sevilla. Ferias y Festejos. Año 1924. Expediente 1. D/667.

 

El siguiente escrito es realizado en el Domingo de Ramos de ese año.

Teniendo acordado esta hermandad hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral ruego a V.S. de las órdenes oportunas para que fuerza su digno mando nos acompañe en dicha estación que hacemos a las 2 de la madrugada.

Dios guarde a V.S….

Sevilla 13 de abril de 1924.

Manuel Vega

 

Ese mismo día, el representante del municipio, señor Jiménez Cortés, corroboró las palabras de la autoridad eclesiástica en el sentido de que aquellas cofradías que no llegaran a tiempo a la Campana en la hora señalada serían multadas y el importe de estas multas se entregaría a las que hubieran cumplido lo mandado1. Además, también se indicaba que todas las cofradías al salir de Catedral tendrían que recorrer las siguientes calles: Moret, Placentines, Francos, Chapineros, Álvarez Quintero y plaza del Salvador, y desde este punto a sus respectivos templos. Quedaba “prohibido terminantemente” el paso por las calles Manuel Cortina, Bruna, Hernando Colón y García de Vinuesa. Finalmente, no hubo que sancionar a ninguna hermandad en esa Semana Santa. En el Cabildo de Toma de Horas del 25 de marzo de 1924 se estableció el horario del paso de la cofradía por carrera oficial, siendo el siguiente:

Cruz en Campana: 5:10; Plaza San Francisco: 5:55; Puerta de San Miguel: 5:25; Fuera de la Catedral: 5:45.

Se concedió una subvención de 1117 pesetas, la que menos percibía de entra las del resto de la madrugada. La nuestra era una cofradía muy humilde y así lo recoge ese mismo año la prensa en cuaresma en una crítica hacia el Ayuntamiento y la escasa subvención procedente de las sillas: “Todos los años hacen estación varias Cofradías que la fe y la buena voluntad de un puñado de hombres logran el milagro. Nos referimos a la conocida por la de los Gitanos y la de la Virgen de la Estrella”2. Por fotografías podemos apreciar estrenos casi año a año. En este, podemos identificar sin ninguna duda que los cuatro candelabros de esquina son procedentes del antiguo paso de Nuestro Padre Jesús de Pasión realizado por Juan Rossi en 18653 que en 19094 es adquirido por la hermandad de San Roque con la que en las primeras décadas del siglo XX hubo una estrecha relación en cuanto a préstamos de enseres.


Nuestro Padre Jesús de la Salud en la Plaza de Argüelles en 1924. Foto de Cecilio Sánchez del Pando.
Archivo Hermandad Sacramental de los Gitanos.


En la gran cantidad de detalles que nos arrojan estas fotografías, en esta primera tomada en la plaza de Argüelles, hoy de San Pedro, reparo puntualmente en dos de ellos: el primero es que el Señor lleva un doble cíngulo diferente grosor; el otro es que, en el margen de la foto, aunque aparece cortado se ve un antifaz levantado de un tono más oscuro y diferente al resto donde se puede ver un poco el escudo del mismo. Ese escudo no corresponde al antiguo de nuestra corporación, sino casi sin duda al de la Macarena. ¿Qué haría un nazareno de la Macarena delante del paso del Señor de la Salud a poca distancia de recogerse y tan distanciado del cortejo de la cofradía de San Gil? 


Postal Serie Nazarenos. San Román Los Gitanos. Eulogio de las Heras.
Archivo Juan Carlos Vázquez Alejo.

Dicho sea de paso, nuestro antiguo hábito de nazareno en aquel entonces y hasta 1929 que se estrena el actual, estaba compuesto de túnica blanca de cola blanca con esparto en la cintura, antifaz morado en el Señor y antifaz negro en la Virgen. Como recordatorio, esta estampa coloreada de la serie de Eulogio de las Heras.

¿Y qué se decía en las crónicas de 1924 sobre Los Gitanos? En una ocasión anterior trajimos a estas mismas páginas que en el acompañamiento musical se encontraba el Brigada Rafael. Es un hecho bastante significativo pues este acompañamiento musical estaba entre los más cotizados de las hermandades de Sevilla5.

En el diario El Liberal6 en varios párrafos se dice que:

La Semana Mayor

Jueves y Viernes Santos

...

¡Van muy lejos los macarenos! Se inicia el desfile hacia los barrios. Empieza á pasar San Román, la modestísima Cofradía de los gitanos, con su «paso» pintado de amarillo, su «Pare Dió de la Salú» con su túnica lisa y pobre —-Si El no vestía más que así, se­ñó—dice un nazareno color de bronce.

Sigue á la Macarena San Román. Los flamencos esperan a la familia en el mercado. Los «cañís» chiquitillos tienen todos su globito. —¿Ya te han mercao er globo, Gaspá? No te vaya á di, niño. —¡Cómo viene er Señó, Grabiela! i Qué bonita viene Angustia...!

Vallejo es un cantador flamenco, el mejor cantador flamenco que nos queda, con voz clara. Les tres mejores saeteros son: Pastora la de los Peines, Vallejo y Centeno. Los tres que llenan con su voz potente y clara la plaza de una parroquia. —los demás son «pitaeras»— nos dice un «cañí». La saeta hay que cantarla con el corazón y con el alma, si no, no es ná. Vallejo no cantó en ningún Casino, porque él «no es plato de segunda mesa». Los que cantamos en los balcones estamos expuestos á dejar la finca allí, en la segunda copla. Pero Vallejo es flamenco, es sevillano, es artista, y sus saetas no se le quedaban por cantar. Y en la plaza de San Román, maciza de público, cantó Vallejo al Cristo de la Salud. ¡Cómo cantó ese hombre! Baste decir que los hermanos de la Cofradía volvieron el «paso» del Cristo para el balcón en que Vallejo cantaba.

 

Queremos para concluir dejar estas tres últimas fotografías de la recogida de nuestra cofradía tomadas desde diferentes puntos de la parte superior del Uno de San Román. Llenas de sabor y de popularidad, a rebosar como los indica el texto. Antifaces levantados, hermanos nazarenos bajo el dintel de San Román, la gente en los balcones, los globos en la esquina de Enladrillada con Socorro… 

 

 

Nuestro Padre Jesús de la Salud a punto de entrar en San Román en 1924. Foto Cecilio Sánchez del Pando.
Archivo Juan Carlos Vázquez Alejo.


Sevilla en Abril. Revista Ilustrada de los Festejos. 1928. Adquirida por José Luis Dorado Mallén
y Juan Carlos Vázquez Alejo.


Entrada de Nuestro Padre Jesús de la Salud en San Román en 1924. Fotografía de Cecilio Sánchez del Pando. Archivo Hermandad Sacramental de los Gitanos

Entrada de Nuestro Padre Jesús de la Salud en San Román en 1924. Fotografía de Cecilio Sánchez del Pando. Archivo Hermandad Sacramental de los Gitanos




1. Hemeroteca Municipal de Sevilla. El Correo de Andalucía. 13 de abril de 1924, pág. 3.
2. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. El Liberal. 27 de marzo de 1924, pág. 1. “Nuestra Semana Santa. Menos palabras y más dinero. Hay que ayudar a las cofradías pobres”
3.JIMÉNEZ SAMPEDRO, Rafael. La Semana Santa de Sevilla en el siglo XIX. Sevilla, 2013, pp. 258-267.
4. JIMÉNEZ SAMPEDRO, Rafael. “El paso del Señor de las Penas de San Roque, obra de José Gil”. Boletín de las Cofradías de Sevilla, nº503, Sevilla, enero 2001, pp. 35.36.
5EL BRIGADA RAFAEL ABRIENDO LA COFRADÍA
6. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. El Liberal. 19 de abril de 1924, pág. 4. “La Semana Mayor. Jueves y Viernes Santos”
 

 

jueves, 1 de febrero de 2024

UN DETALLE INSÓLITO Y UN CURIOSO ITINERARIO DE VUELTA EN POSGUERRA

En muchas ocasiones la fotografía antigua nos da información que las crónicas escritas de la época no recogen. Hoy traemos a estas páginas dos fotografías positivadas a partir de clichés negativos que adquirí en un anticuario.

Se trata de nuestras actuales imágenes titulares en sus primeras salidas procesionales. Podrían situarse entre los años 1939 y 1940 en las que es difícil decantarse por uno o por otro. Entre los años 1938 y 1941, Nuestro Padre Jesús de la Salud procesionó en el espléndido paso de la hermandad de San Roque1. Se dice que entre 1938 y 1939 se prestó para este unos faroles procedentes del paso del Señor de Pasión2, pero habría que añadir que en 1940 también se produjo este hecho, así se puede ver en una foto de la primera salida del Cristo de las Penas de San Roque con estos elementos. En 1938 Nuestro Padre Jesús de la Salud tenía una postura más erguida que fue cambiada un año después debido a aquel incidente comentado3, además en esa ocasión llevaba una cruz rectangular en lugar de arbórea. Existen indicios y argumentos para decantarse por 1939 o 1940. En el primero la cofradía toma el itinerario de Argote Molina, Francos, Villegas, plaza del Salvador, Cuna, Laraña, plaza de la Encarnación, Imagen, San Pedro y Almirante Apodaca hasta llegar a Santa Catalina4, parroquia donde estaba establecida. Se podría entrar en demás conjeturas, pero la foto del palio nos saca de toda duda en cuanto a itinerario, pues está tomada aproximadamente a la altura del número 45 de la calle Hernando Colón. Este era un recorrido que antes del estallido de la guerra civil nuestra cofradía solía tomar, pasando posteriormente de nuevo por la Plaza San Francisco hacia Plaza Nueva, Tetuán, Campana de nuevo y desde ahí tomar por Laraña, plaza de la Encarnación… etc.

Si nos remontamos a publicaciones anteriores ya vimos una foto del Señor en Martín Villa5, curiosamente en el número 3, es decir, metros antes del cruce con Cuna descartando que la cofradía viniese de esa calle y tomando fuerza que accediera por Campana y a esta o bien por Sierpes o Tetuán.

Nuestro Padre Jesús de la Salud discurriendo por Sierpes a la inversa en 1939-1940.
Anónimo. Archivo de Juan Carlos Vázquez Alejo.


La foto del Señor que traemos a estas páginas se ubica en el número 89 de la calle Sierpes, pero en sentido inverso, hacia Campana en lugar de Catedral. La fachada que vemos detrás, con esos arcos y columnas que se conserva prácticamente igual, siendo ahora el establecimiento de ropa de Desigual. La escasa iluminación la hace situarse a poco de la amanecida de la mañana del Viernes Santo. Además, hay otro hecho aún más particular y es que delante del paso hay antifaces blancos junto a los capirotes morados de nuestro hábito. Debió de ser un acompañamiento de alguna cofradía como sucedió en los años cincuenta con la del Beso de Judas. Me inclino a pensar que pueden ser nazarenos de la hermandad de la Paz, que no constituye reglas hasta mayo de 1939. En esos preámbulos, reconoce el agradecimiento la hermandad del Domingo de Ramos por “su incondicional apoyo” a las de San Bernardo y Los Gitanos. Conocemos también que para la primera salida procesional que hizo la cofradía del Porvenir realizada en 1940, solicitó la cesión del palio de María Santísima de las Angustias junto con varales, candelería y faldones6. Finalmente se resolvió con el préstamo de la parihuela del paso, saliendo la Virgen de la Paz en un palio negro de cajón.


María Santísima de las Angustias por Hernando Colón en 1939-1940.
Anónimo. Archivo de Juan Carlos Vázquez Alejo.

En fin, nos quedan las dudas en el tintero del motivo que llevó a la cofradía a tomar Sierpes a la inversa, los nazarenos de otra cofradía delante del paso del Señor o el año exacto en el que están tomadas. La fotografía antigua nunca dejará de sorprendernos.

 

1. JIMÉNEZ SAMPEDRO, Rafael. “El paso del Señor de las Penas, de San Roque, obra de José Gil”. Boletín de las Cofradías de Sevilla, nº503, Sevilla, enero 2001, pp. 35-36.

2. GÓMEZ DEL TRIGO, José Julio. Crónica de la Semana Santa de Sevilla (1901-2000), pp. 290-299.

3. DORADO MALLÉN, José Luis. “Las restauraciones del Señor en estos 75 años”. Hermandad Sacramental de los Gitanos. Cuaresma 2013. Sevilla. pp. 82-85.

4. GÓMEZ DEL TRIGO, José Julio. El recorrido histórico de las cofradías de Sevilla. Sevilla, 2016, pp. 351-354.

5. GARCÍA RODRÍGUEZ, José Manuel; SIERRA LOZANO, Juan Manuel. “Dos fotografías inéditas del Señor de La Salud localizadas en Morón de la Frontera”. Hermandad Sacramental de Los Gitanos. Cuaresma 2020. Sevilla. pp. 136-145.

6. DOMÍNGUEZ LEÓN, José. “La Fundación de la Hermandad de la Paz y el Contexto de la Sevilla de 1939”. Boletín Hermandad de la Paz. Octubre, 2009, Sevilla, pp. 7-17.

sábado, 6 de enero de 2024

RECUERDOS DE JUAN MIGUEL

Con motivo del fallecimiento de Juan Miguel Ortega Ezpeleta, que ya gozará de la presencia del Señor de la Salud, traemos al blog una semblanza de la hermandad que escribió para la edición sevillana del diario ABC en 1994 (1), cuando llevaba poco más de un año en el cargo de hermano mayor, y en la que recogía las vivencias de su infancia y juventud, y expresaba su concepto de lo que debía ser nuestra corporación. Quedaba aún lejos lo que sería su mayor logro, la cesión del antiguo convento del Valle para reconstruirlo y que fuera el santuario de nuestros titulares, la sede que hoy gozamos gracias a su visión de futuro. Está claro que hay un antes y un después de Juan Miguel, para lo bueno y para lo malo. 


Juan Miguel visto por el dibujante de ABC Rafael Calderón.

En octubre del año que dejamos atrás falleció Juan Jiménez Naranjo, y hace poco más de una semana mi querido y admirado Paco Cruz Jiménez. Dos hermanos señeros y que marcaron una época en la hermandad. Se nos están marchando los últimos de la generación que teníamos de referencia. Terminó el 2023 con la partida hacia el Señor de la Salud y su Bendita Madre de Juan Miguel, y aunque nos resistimos a hacer del blog un obituario, y a pesar de que más de un hermano conoce las diferencias que tuve con él, creo que estas páginas le deben un recuerdo, y que mejor que sea él mismo, con sus propias palabras, el que nos hable de la hermandad, de -como titulaba aquella colaboración en el ABC-


LA HERMANDAD DE LOS GITANOS

por Juan Miguel Ortega Ezpeleta

Mis recuerdos son de un barrio de Sevilla y de sus calles llenas de naranjos, gracias a Dios, donde vivo. Desde mis balcones, mis ojos pueden contemplar el mismo panorama de mi niñez: las torres y espadañas de las iglesias y conventos que rodean mi casa. De un lado se contempla la espadaña del convento de las Clarisas Franciscanas de Santa Inés, el convento del Espíritu Santo, la espadaña del ex convento de la Paz, los Terceros, la cúpula del Sagrario de Santa Catalina con su torre almohade y la torre de la parroquia de San Pedro, donde recibí las aguas del bautismo, junto al Cristo de Burgos.

Con cinco años mi madre ya me llevaba a los cultos del quinario de Nuestro Padre Jesús de la Salud, de la Hermandad de los Gitanos. Ella me enseñó a rezar, a amar a Dios, y me mostró la que desde aquellos días habría de ser la hermandad de mis amores.

Recuerdo que a la salida del colegio de San Francisco de Paula mi hermano Manolo -cinco años mayor que yo- me llevaba a la iglesia de Santa Catalina. Íbamos a ayudar a montar los pasos. Ahora, en la distancia del tiempo, pensamos que con esa edad ¿qué pasos podríamos ayudar a montar? Pero sí es cierto que palabras nuevas sonaban en nuestros oídos y que habrían de tener para siempre un significado: varales, bambalinas, faldones, candelerías, etcétera.

Recuerdo al carpintero de aquel tiempo, llamado Telesforo, a Paco Ponce, vestidor de la Virgen, y tantos apellidos que en la hermandad aún perduran.

Cuando en las hermandades no existían los grupos de jóvenes, ni las cuadrillas de hermanos costaleros, también el niño y el joven podían integrarse en nuestras cofradías.

Desde mis vivencias en la iglesia de Santa Catalina hasta el traslado a la parroquia de San Román (1 de Enero de 1950) han transcurrido ocho años. Ya en la parroquia de San Román, pasé a tomar parte más activa con las primeras Juntas de gobierno, comprendidas entre 1950/53, en la que fui nombrado prioste de la hermandad a la edad de dieciséis años, por lo que hubo que pedir dispensa especial al arzobispado. El señor cardenal arzobispo de Sevilla, don Pedro Segura, en una audiencia me preguntó la edad y yo le respondí que dieciséis años, a lo que comentó: "¿Tan joven y prioste? Cuando seas mayor serás un prioste consumao". A lo que yo respondí: "Y consumido", lo que provocó en él una sonrisa de afecto y cariño.

No cabe duda que desde el traslado de nuestras sagradas imágenes a su parroquia de San Román, en 1950, después de la reconstrucción, la hermandad conoce unos de sus mejores tiempos de esplendor. A partir de 1954 la hermandad se va reponiendo, estrenando varales para el paso de palio, respiraderos y culmina la finalización de la capilla donde se veneran nuestras imágenes.


Juan Miguel Ortega, el segundo por la derecha, en actitud de brindar, en una comida de hermandad de los años cincuenta, con Pepe Vega de los Reyes "Gitanillo", hermano mayor por las fechas, Antonio Lorente, José Periáñez, el futbolista Paco Antúnez, Joselito Lérida Vargas, Pepe Manzano y Vicente "Valencia". Fotografía: archivo de la familia Vega


Así mismo se estrenan candelabros de cola, en plata de ley, para la Santísima Virgen, donados por la excelentísima duquesa de Alba. En 1961 luce nuevo manto de terciopelo azul, completamente bordado en oro por los talleres de Carrasquilla. Unos años después, en 1967, Nuestro Padre Jesús de la Salud luce un rico juego de potencias en oro de ley, obra debida a la suscripción entre sus hermanos. Al mismo tiempo, la Santísima Virgen estrena nueva candelería. Ambas obras fueron de Manuel Seco Velasco, el mismo que efectuaría en 1972 la corona en oro de ley que le fue impuesta a la Santísima Virgen de las Angustias en la plaza de San Román por el cardenal arzobispo de Sevilla doctor don José María Bueno Monreal.


Juan Miguel en la comida de hermandad de 1964, junto a mi padre, entonces secretario, Manolo Moreno, hermano mayor, y los sacerdotes don Crescencio Moreno, párroco de San Román, y don Ramón Ferreira, director espiritual. Fotografía de Valentín Monterroso de mi archivo.


Los tres últimos prelados de la diócesis, en su labor pastoral, han sido muy generosos con nuestra Hermandad de los Gitanos; El cardenal Segura le otorga ala hermandad el título de Fervorosa. El cardenal Bueno Monreal, hermano mayor honorario de nuestra hermandad, le otorgó el título de Sacramental. Y nuestro arzobispo, fray Carlos Amigo Vallejo, que en la actualidad pastorea nuestra Archidiócesis, coronó como Reina y Madre de todo lo creado a nuestra bendita imagen, Santa María de las Angustias, en aquel día inolvidable del 29 de octubre de 1988.

Precisamente este año vamos a estrenar un nuevo palio para la Virgen de las Angustias, con el mismo dibujo que el anterior, pero enriquecido. El viejo palio nos trae los recuerdos de los primeros años de Santa Catalina. Allí los estrenó, en 1938, y coincidiendo con el regreso a este templo (2), a los cincuenta y seis años, será sustituido por el nuevo, con el mismo dibujo que en su día creara Gómez Millán.

En la víspera de la Semana Santa del pasado año, cuando un grupo de hermanas cepillaban el palio, comentaban entre sí: "¡Qué falta hace uno nuevo!" En aquel momento comprendimos que era una de las tareas de la Junta de gobierno que acababa de tomar posesión y, recabando todos los informes pertinentes, nos pusimos en marcha. Con el cariño de sus hermanos, hermanas y devotos, esta Semana Santa, si Dios quiere, lo lucirá la Santísima Virgen de las Angustias Coronada, que en la eterna madrugada brillará como el sol de la mañana. Quiero expresar nuestro agradecimiento a los talleres Fernández y Enríquez, de Brenes, que han realizado una gran obra de artesanía, digna de tener en cuenta y que, indudablemente, pasará a la historia de las cofradías de Sevilla.

Desde 1753, año de fundación, hasta nuestros días, muchos son los hermanos que a lo largo de la historia han trabajado por esta hermandad.

La fundación y creación de nuestra hermandad fue motivada por los deseos y esperanzas de Sebastián Miguel de Vara y otros gitanos piadosos de su época, que a pesar de sus deseos no pudieron ver la hermandad en el convento del Espíritu Santo en la calle Larga del barrio de Triana.

Efectuó su primera salida penitencial el Miércoles Santo del año 1759, desde el convento del Pópulo, quedando para siempre el río en medio, a un lado Triana, al otro Sevilla. El río con dos orillas y dos imágenes de la Virgen Coronada, y las dos pisan la madrugada y al volver el sol ilumina sus palios y besa sus mallas. "Dios te salve, María", parece decir el río, acariciando las orillas por Sevilla y por Triana, con lágrimas de sal en la eterna madrugada de Santa Ana y San Román, en un repique sin campanas.

Cuando por Oriente aparecen las primeras tonalidades violáceas del Alba, camina por la Campana sobre canastilla barroca -que le ofrendara M. Carrera Anglada- de majestuosa belleza, la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud.

Sevilla, impresionada, lo ve pasar y exclama: "¡Señor y Dios mío, qué hermosa debió de ser tu transfiguración! También nosotros nos quedaríamos aquí para siempre contigo, pero ya viene la mañana y te espera el Gólgota de nuestros pecados e incomprensiones y Tú nos pides que te sigamos para hacer el bien, con los humildes, con los pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Con los que lloran, porque recibirán consuelo; con los pacientes, porque heredarán la tierra; con los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados".

Estamos seguros de que siempre habrá en las hermandades personas que, con sus buenas disposiciones, mantengan el espíritu cristiano de sus cofrades.

Puesto que somos iglesia, debemos estar comprometidos.


1.- Diario ABC de Sevilla, edición de 11 de marzo de 1994, pág. 128.

2.- Aquel 1994, año del estreno del palio de Fernández y Enriquez, se salió por última vez de San Román, recogiéndose la cofradía en Santa Catalina, por la necesidad de  restaurar la parroquia que era nuestra sede.

viernes, 1 de diciembre de 2023

CAYETANA EN LA BENDICIÓN DEL PASO DE LOS ESPEJITOS

Traemos al blog un recorte de prensa que probablemente contenga la primera mención de la queridísima y recordada Cayetana de Alba en un acto de la hermandad. Se trata de la bendición del nuevo paso para el Señor de la Salud el 17 de abril de 1946. La noticia la publicaba el diario sevillano F.E., que anunciaba así el acto (1).




Hoy bendición del nuevo "paso" del Cristo de los Gitanos

Será madrina la Señorita Queipo de Llano

Hoy, Miércoles Santo, a las doce, con asistencia del ilustrísimo señor vicario del Arzobispado, doctor don Tomás Castrillo Aguado, se celebrará la solemne bendición del nuevo "paso" y las potencias para Nuestro Padre Jesús de la Salud, acto que tendrá efecto en la iglesia de Santa Catalina.

En la ceremonia actuará de madrina la señorita Maruja Queipo de Llano, camarera perpetua de la Santísima Virgen de las Angustias. También asistirán al acto otras personalidades, hermanos y simpatizantes de la Hermandad de los Gitanos, entre ellos la Duquesa de Montoro, hija del Duque de Alba.


Por supuesto que esa Duquesa de Montoro no era otra que Cayetana Fitz-James Stuart, a la que su padre había cedido este título sólo unos años antes. Al día siguiente de esta nota de prensa, el mismo diario hacía una crónica detallada del acto, al que además asistieron el entonces alcalde de Sevilla, Rafael Medina Villalonga, Duque de Alcalá de los Gazules, el teniente de alcalde, Manuel Grosso Valcárcel, el hermano mayor de la Macarena, coronel Francisco Bohórquez, el escritor y periodista Manuel Diez-Crespo, así como el imaginero autor de nuestros sagrados titulares, Fernández Andes, que había realizado para dicho paso los ángeles morenos que decoraban sus esquinas. Todos los asistentes fueron cumplimentados por la junta de gobierno, presidida por el hermano mayor don José Vega Niño. Terminada la bendición fueron recibidos de hermanos un crecido número de devotos de la hermandad, entre los que se encontraban la Duquesa de Montoro y el periodista Manuel Díez-Crespo (2).


Cayetana de Alba retratada en 1946.

Cayetana contaba entonces veinte años recién cumplidos. Estaba aún soltera, aunque aquel invierno había conocido ya a un joven estudiante de ingeniería industral, también de familia aristócrata, con el que comenzaría a salir al siguiente verano, y con el que acabaría casándose en 1947, D. Luis Martínez de Irujo y Artázcoz (3). No imaginaba nuestra Duquesa que aquel paso que fue bendecido en su presencia el día en que fue recibida de hermana, acabaría guardándose sólo unos años más tarde en su palacio de las Dueñas. Me contaba Joselito Lérida Vargas que en un principio se almacenó tras cada Semana Santa en el espacio que queda entre el cancel y la puerta de salida de Santa Catalina, demasiado expuesto, y que ya en sus tiempos de mayordomo, él personalmente habló con el padre de Cayetana, el Duque de Alba, para ver si tenían un sitio en palacio donde conservarlo. Y allí que se guardaron el paso y otros enseres hasta que tuvimos una casa hermandad tres décadas más tarde.

Las andas de las que hablamos no son otras que las que diseñó el pintor Guillermo Bonilla y labró el tallista Rafael del Toro, y que injustamente siempre se atribuyen a Juan Pérez Calvo, empresario de las artes que sólo puso el taller. Guillermo Bonilla proyecta un paso en estilo rocalla, decorado con espejitos entre la talla e iluminado con airosos candelabros churriguerescos de guardabrisa. Al dorador, Antonio Sánchez González, sólo le de dio tiempo de emplear el pan de oro en el canasto. Los respiraderos salieron sin dorar aquel Viernes Santo de 1946, como indica la crónica del día después:


El paso diseñado por Guillermo Bonilla y tallado por Rafael del Toro en 1946. Archivo Miguel Velasco.

"El nuevo paso, todavía no acabado, pues faltan muchos detalles al canasto y no han podido ser dorados los respiraderos, por falta material de tiempo, es magnífico, y representa una muestra más del arte sevillano, que tan bellas manifestaciones tiene en las procesiones de nuestra Semana Mayor.

También las potencias son una verdadera joya de nuestra orfebrería".

De la autoría de aquellas potencias estrenadas junto al paso en el mandato de José Vega Niño no hay constancia documental en el archivo de la hermandad. Son esas de gran tamaño que el Señor de la Salud llevó en sus salidas procesionales hasta que tuvo las de oro de Manuel Seco Velasco en 1967, y lo más probable es que fueran ejecutadas en el taller de la calle Matahacas por alguno de los Seco, muy devotos todos del Señor de la Salud, o incluso por el mismo afamado orfebre que realizó las del más preciado metal dos décadas después. Esa alternancia de rayos rectos y ondulados la podemos ver en alguna de sus obras por las mismas fechas, como en la potencias del Cautivo de Málaga que labró en 1951, con las que guardan cierta semejanza.


Las antiguas potencias de salida del Señor de la Salud.


Como curiosidad y para terminar, añadiremos que Cayetana de Alba aparecía con este título de Duquesa de Montoro en el libro-registro de hermanos de 1949, en el listado de hermanos y hermanas de honor, aunque no se especificaba la fecha de ingreso (4). Esre libro estuvo perdido en un domicilio particular, y no se recuperó hasta 1987 por el historiador Juan de Dios Ruiz Sambruno. En libros posteriores sí que aparece una fecha, la del 18 de abril de 1953, que cómo vemos por esta nota de prensa no se corresponde con la realidad.



1.- Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España. Diario F.E. Falange Española de Sevilla, edición del 17 de abril de 1946, pág.2.

2.- Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España. Diario F.E. Falange Española de Sevilla, edición del 18 de abril de 1946, pág.3.

3.- Sobre D. Luis Martínez de Irujo léase la entrada del blog de marzo de 2022   "LOS CANDELABROS DEL DUQUE"

4.- Archivo de la Secretaría de la Hermandad Sacramental de los Gitanos. Libro-registro de hermanos diligenciado en abril de 1949 por el secretario José María de la Concha Meneses, con el visto bueno del hermano mayor Francisco Antúnez Garrido.


miércoles, 1 de noviembre de 2023

LA CORONA DE LAS ESPERANZAS Y LAS ANGUSTIAS

Es sabido que nuestra titular posee en su ajuar una bella corona en plata sobredorada, atribuida por algunos al prestigioso orfebre Eduardo Seco Imberg, que ha lucido en la cabeza de las tres dolorosas coronadas canónicamente de la madrugada. Su historia es bastante conocida, aunque no por eso vamos a dejar aquí de repetirla, añadiendo algunos matices, y claro, como es norma en el blog, aportando algún documento o reseña (1)

La primera en llevar esta presea, pues para Ella fue hecha, fue la Esperanza de Triana, allá por los años de la Exposición Iberoamericana de 1929. Sucedió que el entonces mayordomo y después hermano mayor de la corporación trianera, D. Jacinto Flores Gómez, adelantó el dinero que había costado, cosa habitual entre los mayordomos de la época, pero el hombre falleció en 1931 sin que se hubiera saldado la deuda, de modo que éste y otros enseres quedaron en posesión de su viuda, que era además camarera de la Virgen. En 1933, quizás por alguna desavenencia, la mujer dimitió de este cargo, y aunque se le reconoció la deuda, tratándose de que devolviera la corona, la señora dijo que todo lo que había en su casa era propiedad de su difunto esposo, así que ahí terminó el paso de esta corona por San Jacinto.


La Esperanza de Triana en 1929 luciendo la corona de Flores en su paso de palio.

Tras estallar la guerra civil, la hermandad de la Macarena entrega al tesoro nacional, para sufragar los gastos de guerra, su corona de oro de 1913, que había diseñado Juan Manuel Rodríguez Ojeda y labrado la joyería Reyes. Aunque dicha corona se devolvió sólo un año después, tras pagar la hermandad su precio en metálico, la Esperanza Macarena usó la atribuida a Seco Imberg en ese intervalo. Pero no fue la única que utilizó. También consta que portó en algun culto la de la Virgen del Dulce Nombre. Como vemos en la instantánea de abajo, ya por las fechas en que la Esperanza Macarena lució ésta de la que estamos tratando, se le habían retirado las doce estrellas que originariamente tenía.


La Esperanza Macarena en la Anunciación en los años treinta, con la misma presea.


Lo que es más que dudoso es que la corona fuera nunca propiedad de la corporación de la Macarena, sobre todo si, prescindiendo del no muy acertado titular, leemos entre líneas el artículo de prensa que hoy traemos al blog, y que se publicó en el diario F.E. el Miércoles Santo 9 de abril de 1941, con motivo de su entrega a nuestra hermandad. Dice así (2):



La antigua corona de la Macarena, para Nuestra Señora de las Angustias

En la iglesia parroquial de Santa Catalina, á la una de la tarde de ayer martes, se celebró un hermoso acto de confraternidad y compenetración espiritual entre dos de las cofradías más populares de Sevilla: la de la Esperanza, de la Macarena, y la de los "Gitanos", que hacen estación á la S.I.C. en la madrugada del Viernes Santo.

Ambas Juntas de Gobierno se reunieron ante el altar donde se venera á Nuestra Señora de las Angustias, titular de la Hermandad de los "Gitanos", para hacer entrega á ésta de la corona que antaño lucía la Virgen de la Macarena en su brillante desfile por las calles sevillanas, y que en su tiempo fue ofrecida á la señorita María Queipo de Llano para la Virgen de las Angustias, de la cual es camarera. La corona ha sido adquirida expresamente para este obsequio por la Junta de Gobierno de la Esperanza, habiendo contribuido también con sus donativos varios entusiastas macarenos.

El hermano mayor de la Esperanza, coronel del Cuerpo Jurídico don Francisco Bohórquez, pronunció breves palabras en el momento de hacer la entrega de la corona, preciada y artística joya, diciendo que se congratulaba y á todos les satisfacía grandemente, de que fuera lucida por la Virgen titular de una Hermandad como la de los "Gitanos", que tantas simpatías goza en el pueblo de Sevilla. En nombre de la cofradía recipiendaria le contestó el secretario, don José Vega (3), quien expresó el profundo agradecimiento de todos los hermanos por el bello gesto de desprendimiento de cuantos han contribuido al donativo, haciendo patentes los arraigados sentimientos de amistad y comunidad espiritual existentes entre ambas Hermandades.

Después fueron recibidos de hermanos de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Salud todos los componentes de la Junta de Gobierno de la Macarena, y quedaron hechos hermanos, á su véz de ésta, todos los miembros de la Mesa de los "Gitanos", la cual, terminada la ceremonia, obsequió a sus visitantes con una copa de vino español.


La Virgen de las Angustias en los años cuarenta del siglo pasado.


Como vemos, se señala que la corona se ha adquirido expresamente por los macarenos para su donación, por lo que todavía entonces puede que fuera propiedad de la viuda de Flores o de un tercero. Puesto que, no sólo se les había devuelto la suya de oro, sino que además ya tenían otra en plata sobredorada para uso diario en el camarín, encargada en 1940 a la joyería Dalmás, decidieron comprar ésta para donarla a nuestra Virgen, con lo que, a la vez que se tenía un bello gesto con nuestra hermandad, se complacía a Maruja Queipo de Llano, que habría preguntado por dicha presea para que se le prestase a nuestra titular, seguramente desconociendo su procedencia y que no era patrimonio de la hermandad.

La corona fue durante tres décadas la única que tenía nuestra Virgen. Cuando en 1972, durante el mandato como hermano mayor de Manuel Moreno Serrano, la hermandad consigue que las Angustias también tenga su corona de oro, obra de Manuel Seco Velasco, ésta sobre la que tratamos pasa a ser de uso diario, pues la de oro sólo salía del banco para la estación de penitencia y en muy contadas ocasiones, e incluso cuando en 1991 se realiza una réplica en plata de la de oro por orfebrería Triana, tampoco dejó de emplearse de vez en cuando. Es más, se restauró en el año 2000 por Manuel de los Rios, como consta en una inscripción colocada en su cruceta. Es desde hace algo más de una década cuando han dejado de ponérsela a nuestra titular, y no sabemos los motivos. En Triana gusta tanto que incluso la han pedido prestada en años recientes en dos ocasiones. Una en 2016 para la exposición "Un sueño de forja y cerámica", que se realizó en el Círculo Mercantil, y otra en 2020, para ponérsela a la Esperanza cuando salimos de la pandemia, sólo por el gusto de recrear estampas antiguas de su Virgen. Algo que, por ejemplo, se podía haber hecho en esta última salida extraordinaria de nuestra titular hace unos días, en la que parece que se quiseron también recuperar estéticas de antaño.

En fin, quizás algún día, los que crecimos rezándole a nuestra Virgen contemplando esta corona sobre sus benditas sienes, y los más jóvenes, que sólo la conocen por fotografías, podamos volver a vérsela puesta.


1.- SÁNCHEZ DE LOS REYES, Fco. Javier. "Una misma corona para tres dolorosas coronadas". Boletín Hermandad Sacramental Esperanza de Triana. Nº 59. Adviento de 1997. Págs. 24 y 25.

2.- F.E. Diario de Falange Española de las J.O.N.S. Sevilla. Edición de 9 de abril de 1941. Pág.4.

3.- Por la fecha se trataría de José Vega Niño, que también ocupó el cargo de hermano mayor de la cofradía, y al que hemos nombrado en varias entregas del blog.

domingo, 1 de octubre de 2023

UN QUINARIO PREDICADO POR EL PADRE TRENAS

Ya mencionamos aquí la influencia que tuvo la Compañía de Jesús en la hermandad en los años cuarenta del pasado siglo, a raíz sobretodo de la dirección espiritual del padre Pedro María Ayala, el sacerdote que bendijo al Señor de la Salud y que murió en olor de santidad (1). Fue Ayala quien convenció a otro afamado soldado jesuita, el escritor mexicano Ramón Cué, para que predicara el quinario de 1948 (2), y tampoco sería de extrañar su intervención en el de 1949, aunque el abnegado sacerdote falleció sólo unos meses después, en octubre de aquel año.

Si el quinario de 1948 se había organizado por una comisión de cultos constituida al efecto, presidida por el párroco de San Román y Santa Catalina, con José Vega Niño "Joselete"  y Diego Vargas García, "Diego de Concepción" como vocales, y con José Vega de los Reyes "Gitanillo", José Mª de la Concha Meneses, Francisco Ponce Redondo y José Mª Forcada Cabanellas, como auxiliares, éste que nos ocupa es el primero que organiza la junta gestora que encabeza en funciones de hermano mayor Francisco Antúnez Garrido -el recordado Paco Antúnez- que llevaba en su junta de teniente a Nicolás Moreno Serrano, a los mayordomos José Vega de los Reyes y Francisco Vega Moreno "Francisquito", de secretario a José Mª de la Concha Meneses, y de consiliarios a Antonio Moreno Serrano, Antonio Moreno Rodríguez, José Filigrana Lérida y Pedro Rodríguez García (3).

Adquirí recientemente a un anticuario una convocatoria de mano de este quinario de 1949, el último celebrado en Santa Catalina antes del regreso a San Román, y que se desarrolló durante los días 30 y 31 de marzo, y 1, 2 y 3 de abril. En la misma, ocupando la sagrada cátedra, figura otro conocido miembro de la compañía, el Reverendo Padre Manuel Trenas López, director de la congregación mariana de los Javieres, y secretario de la procura de la misión del Japón en Andalucía.



El padre Manuel Trenas, nacido en 1914 en Málaga, había llegado destinado a Sevilla precisamente en 1948, y aunque pronto empezó a ser conocido entre las cofradías por el impulso que dió a la fundación de la Hermandad de los Javieres, sería principalmente su entregada labor social con los chiquillos huérfanos la que le hizo popularísimo en la ciudad. Trenas fundó y dirigió la Casa del Niño Jesús, la institución que después se conocería como "La Ciudad de los Muchachos", nombre que se tomó prestado de una película americana interpretada por Spencer Tracy. Como una especie de versión andaluza de aquel padre Edward J. Flanagan, Trenas se desvivió por encauzar a aquellos centenares de chavales a los que dio acogida, llegando a pedir personalmente limosnas para su manutención. Murió en 1981, y tiene una calle con su nombre en la barriada de Bami como reconocimiento a su labor (4).



Pero volviendo a la convocatoria de este quinario que adquirí, realizada y costeada, cómo no, por la imprenta de D. Francisco Vera Mármol, viene ilustrada con una conocida fotografía de la Virgen del afamado Juan José Serrano, en la que nuestra titular aparece vestida con un manto de camarín de la Caridad del Baratillo, recogido en sus brazos, como siempre lo llevó nuestra Virgen, fajín militar y la saya atribuida a Rodríguez Ojeda de finales del siglo XIX, que entonces estaba pasada a un tejido blanco. Era por aquellas fechas vestidor Francisco Ponce Redondo, y su impronta se deja ver en la forma del tocado, que le cubre casi toda la frente. Pocos años después Juan Miguel Ortega Ezpeleta tomaría prestado de Garduño el tocado con el pico macareno, que es con el que muchos la hemos conocido durante prácticamente toda nuestra vida.

De aquel quinario que predicó el padre Trenas se conservaba en el salón de actos de la antigua casa-hermandad una vieja fotografia de Albarrán, en la que se distingue el ábside del presbiterio de Santa Catalina, destacando la profusión de cera, y la presencia de un San Juan Evangelista, cedido, que no parece que sea el de la hermandad de la Exaltación. El año anterior se les había pedido prestado, pero finalmente hubo que colocar una imagen de la Magdalena.





La verdad es que eché de menos esta fotografía en alguna de las últimas veces que pisé aquella casa para sacar mi papeleta de sitio. Luciano Conde, prioste en los años noventa, que conocía el percal, me pidió una vez que le ayudara a confeccionar un inventario de aquellos cuadros cuando yo era un joven secretario, y de aquel me acordaba bastante bien. Me llamó entonces mucho la atención la suntuosidad con que celebraban los cultos en los años cuarenta, aunque fuera con enseres prestados. El cuadro años después parecía haber desaparecido, pero afortunadamente le pregunté por él no hace mucho a Juan Carlos Vázquez Alejo, ya entonces miembro de la comisión de archivo, indagó, y finalmente lo encontró guardado en un cajón, junto a la chimenea de la sala de juntas, y con un buen montón de cristales de otros cuadros rotos encima. Menos mal que se creó este grupo de archivo y que parece que ya se le presta más atención a las cosas históricas. Aunque claro, la historia le duele a quien le duele, y para algunos parece que es mejor olvidarla. La hermandad empezó con ellos.


(1) Véase en el blog la entrada "El Padre Pedro María Ayala", publicada en noviembre de 2019.

(2) RAMOS SÁEZ, Javier. "Una comisión de cultos en la Hermandad de los Gitanos", en Boletín de las Cofradías de Sevilla. Nº 656, Sevilla, abril de 2013. Pp. 754-756.

(3) Cargos que aparecen en el libro de registro de hermanos de abril de 1949. Archivo de la secretaría de la hermandad. 

(4) Infosj. Información de la Compañía de Jesús en España. "Una calle en Sevilla dedicada al padre Trenas". 5 de diciembre de 2014.


viernes, 1 de septiembre de 2023

AL CIELO CON ELLA

Ya va a estar aquí, un año más, el ocho de septiembre, festividad de la Natividad de Nuestra Señora, la fecha en la que se inicia el curso cofrade en nuestra hermandad con la función que se dedica por reglas a la Virgen de las Angustias, y su posterior procesión claustral. Es el día del reencuentro entre los hermanos, pero también el de las ausencias, y en esa tarde-noche echaremos especialmente de menos a un hombre que ya es historia de nuestra corporación escrita en letras de oro, a Alberto Gallardo Aguilar. La Santísima Virgen lo ha llamado para que se vaya "al Cielo con Ella" este pasado mes de agosto, aunque su recuerdo permanecerá imborrable para todos los que lo conocimos, y muy especialmente para los que trabajaron a su mando bajo el palio de la Señora.

De Alberto Gallardo y de la hermandad se podrán escribir muchas cosas. Nacido en la calle Sol, y criado en Artemisa, sus vivencias en nuestra corporación fueron muchas, en épocas muy distintas, la mayoría no tan fáciles como la actual. Gallardo fue uno de esos chiquillos que iban a por las flores del palio de Montesión, para que no faltaran en el de nuestra Titular. En el primer cuadrante de la cofradía archivado en nuestra secretaría, de 1950, ya figuran un joven Alberto de dieciséis años y su hermano Joaquín, de pareja de nazarenos, cuando el número de estos no llegaba al centenar. También se encuentran sus nombres en el libro de hermanos de 1949, el más antiguo que conserva la hermandad, con los números 71, Joaquín, y 72, Alberto (1)


Gallardo en una comida de hermandad de los años sesenta en el Gran Almirante,
en la misma mesa que el entonces capataz de la cofradía Salvador Dorado "El Penitente", y junto a Juan Vega Niño.

Yo confieso que siempre le tuve tal admiración y respeto a Gallardo que no se siquiera por dónde podría empezar a escribir algo sobre él aquí en estas pobres páginas, así que en su recuerdo he optado por traeros fragmentos de una entrevista que el periodista José María Aguilar le hizo para el diario ABC en la cuaresma de 1989 (2), de manera que sean sus propias palabras las que nos hablen de su trayectoria vital, que trasciende el ámbito de nuestra hermandad, pues Alberto fue patrimonio de toda la Semana Santa de Sevilla. Dice así:

Hace más de treinta y cinco años, un joven del barrio de San Román, llamado Alberto Gallardo trabajaba cuando podía en el mercado del Pópulo. Trabajaba cuando podía porque el paro, ya por entonces, causaba sus estragos...

-Paro sí que había antes; hoy está más camuflado y hay mucho cuento. Yo tenía diecinueve años y dos hijos en el mundo. Estaba de suplente en el mercado del Pópulo en la cuadrilla de metedores. Cuando no me tocaba trabajar me iba al muelle para que me diera trabajo Alfonso Borrero. Y fue Alfonso el que me metió en el mundo de las cofradías. Me metió en su cuadrilla y consiguió que me dieran permiso en la mili para que pudiera sacar las cofradías.

El primer paso que yo saqué con Alfonso fue el de la Borriquita, cuando tenía diecinueve años. Luego saqué el Amor. Aquel año sacamos también Las Penas de San Vicente el Lunes; Los Estudiantes el Martes; San Bernardo el Miércoles; El Valle, el Jueves; El Silencio en la Madrugá. Después Alfonso cogería la Macarena en la Madrugá. Alfonso me mandaba el Viernes con Manolo Bejarano para sacar Montserrat. Por aquel entonces se podía ganar tres duros por una cofradía...

Alfonso Borrero era un hombre humano. Tenía una humanidad enorme. Todo lo que tenía de pequeño lo tenía de gran corazón. Atendió a muchas familias que lo necesitaban en aquel tiempo. Para mí, como capataz llegó a la cumbre. Tenía una voz alegre y sabía transmitir fuerza al hombre cuando éste no la tenía. Era dulce mandando.

A él siempre le oí decir lo de "Al Cielo con Ella", pero quizás no fuese suya la voz, sino de "El Balilla". Se ha atribuido esa voz dedicada a la Macarena, cuando en realidad "El Balilla" la dijo por primera vez cuando iba mandado por Salvador debajo del palio de las Angustias de Los Gitanos.

Yo fui siempre en el costero izquierdo y llevaba de fijador a Manolo "El Carrero", conocido por el de los pollos ingleses, y detrás a Curro Benítez y Joselito "El Longui". Siempre saqué pasos de Cristo y me moría de ganas por sacar un palio. De costalero me llevé treinta años.

A Alfonso lo veía igualar a su cuadrilla desde chico y se murió sin verme mandar una cofradía. Cuando Alfonso murió yo pasé con Manolo Bejarano. Con él estuve unos años hasta que se retiró, y luego me retiré yo también. Después surgieron Manuel López Díaz "El Moreno" y Domingo Rojas, compañeros mios en el Merca, y me pidieron que les ayudara abajo para hacer la cuadrilla. Estuve en la cuadrilla del "Moreno" y Domingo Rojas hasta que tuve una lesión en la rodilla y les dije que ya no podía seguir más. Entonces "El Moreno" me dijo: "Tú te vas de ahí abajo, pero no de mi vera porque te vas a venir de ayudante en el Cristo". Para mí fue una alegría inmensa.

Mis capataces fueron Alfonso, Bejarano, "El Moreno" y Domingo Rojas y, de verdad me hubiera gustado escuchar a otros maestros para saber más aún, porque en esto no se termina nunca de aprender. Yo aprendí de Alfonso la humanidad y la alegría en el mandar; de Bejarano, la tranquilidad y el temple; de "El Moreno" la dulzura y la alegría de mandar de esa forma.

Ahora, cuando saco el palio de las Angustias a la calle miro al cielo y digo: "Manolo, va por ti..."


Mandando el paso de la Virgen en una entrada en San Román junto a la Duquesa de Alba.

Cuando dejé la trabajadera y pasé de ayudante con "El Moreno" estuve cuatro o cinco años. Y voy a contar como llegué a ser capataz.

El mundo más humano y más verdadero y más cariñoso y más puro es el de la trabajadera. Porque el Señor lo quiso, pude también conocer el mundo de fuera. Tuve la suerte de conocerlo porque me lo permitió el Señor, pero varía tanto... Es distinto totalmente y no hay tanta verdad como abajo. Hay más envidia, hipocrecia y falsedad.

Debido a las cosas que pasan en este mundo de fuera, llegó un día "El Moreno" y me dijo: "Niño, Alberto, ¿tú quieres trabajar las cofradías este año conmigo?". Le contesté: "Hombre, Manolo, por Dios, ¿me vas a preguntar eso? Si me has puesto delante de un paso y te lo agradeceré mientras el Señor me tenga en la Tierra...". A este hombre había que ayudarlo. Había tenido problemas algunos de salud y en ese momento le contesté que sí: "Manolo, pero te tienes que guiar de mí". Le dije esto porque ya se le iban las cosas de la cabeza y para que no metiera la pata le tenía que dar con el pié...

Firmamos los contratos ese año con las Aguas, de la calle Dos de Mayo, Buen Fin y El Valle. Al año siguiente, esto hace cuatro o cinco, ya murió. Pero el año que sacamos juntos las cofradías, él paseó todos los pasos por la carrera oficial para que toda Sevilla lo viera. Cuando "El Moreno" murió, las hermandades respetaron los contratos que tenían conmigo y ahí nació Alberto Gallardo como capataz de Sevilla.


Dos figuras señeras escoltando al Señor de la Salud en su Besamanos.
Manuel Moreno Serrano y Alberto Gallardo Aguilar.


La cuadrilla que teniamos era propia, de costaleros tradicionales, como me gusta llamarlos, porque eso de profesionales no es. Al año siguiente, ya muerto "El Moreno", seguí con las mismas cofradías. Menos la Coronación de Espinas, que iba con costaleros profesionales, yo mandé a hermanos costaleros.

Al siguiente año me propusieron el Buen Fin y las Aguas que hiciera las cuadrillas de palio con hermanos costaleros. Ahora saco las Aguas, de la calle Dos de Mayo, que este año sale de los Terceros; Buen Fin, El Valle y el pasopalio de las Angustias, de los Gitanos.

A mi me critican que mi hijo Alberto venga conmigo de segundo. Mi hijo y yo somos "los Albertos" de las cofradías, no "los Albertos" que tienen dinero... Mi hijo, ya digo, viene conmigo, y después de ver lo de fuera, ¿a quién mejor pongo de segundo que a mi hijo? Lo consideran inexperto, pero ahí están los pasos del Cristo de las Aguas, Buen Fin, el Nazareno del Valle y a la verita mía va en las Angustias de Los Gitanos (...)

Pero no quisiera terminar sin decir que no sé como pagarle al Señor de la Salud y a la Virgen de las Angustias, de mi cofradía de Los Gitanos, que me hayan permitido que en mi Hermandad lo haya hecho casi todo. Y es haber llevado al Señor muchos años en las trabajaderas; haberlo mandado como segundo por las calles de Sevilla; llevarlo en el Centenario a la catedral; sacar a la Santísima Madre de las Angustias por primera vez como costalero de palio, lo que fue un orgullo porque hasta entonces jamás había sacado un palio y fue el de Ella; ser elegido entre varios por la junta de gobierno para crear una cuadrilla de hermanos costaleros en mi hermandad, lo que fue otro privilegio que el Señor me dio, pasearlo como se merece por las calles de Sevilla con los hermanos costaleros y, casi ná, llevar a la Virgen hasta la Catedral para que fuese coronada canónicamente por el arzobispo. Y ahí quedó eso por igual.


Gallardo con su nieto y su familia delante del paso de nuestra Señora.


1.- Libro-registro de hermanos diligenciado en abril de 1949 por el secretario José Mª De la Concha Meneses, con el visto bueno del hermano mayor Francisco Antúnez Garrido. 
2.- CAPATACES DE SEVILLA (y XII). Diario ABC, edición de Sevilla de 19 de marzo de 1989. Págs. 75 y 76