sábado, 1 de agosto de 2020

ANÉCDOTAS DEL 67

Traemos hoy a estas páginas el borrador mecanografiado de una carta de mi padre a D. Benigno González García, redactor de ABC y hermano de honor de la cofradía, contándole lo más relevante de lo sucedido durante una estación de penitencia de los años sesenta. Aunque no la fechó en su momento, sí que anotó a mano posteriormente que se trataba de la Semana Santa de 1967, y yo diría que la debió de escribir apresuradamente aquel mismo Viernes Santo por la tarde o, todo lo más, el Sábado Santo, porque parte de lo que relata aparece reflejado en la crónica de la madrugada que apareció en este periódico en su edición del Domingo de Resurrección de dicho año (1).  Dice así:





Sr. D. Benigno González. 
Sevilla.

Mi querido amigo: Como quedamos el Jueves Santo, le remito nota a continuación de los acontecimientos que nosotros creemos dignos de mención.

El Jueves Santo se recibió de Hermano de Honor ante la Santísima Virgen de las Angustias, al pregonero de este año don José Ignacio Artillo y como hermanos juraron también las Reglas los locutores de Radio Nacional, don Salvador Recio Leiva y don Eduardo Bonachera Pombo.

En cuanto a la Estación de Penitencia empezaremos por decir que este año ha salido en la Presidencia del Paso de la Santísima Virgen de las Angustias, el Hermano Mayor  de la Estrella don José Luna Gázquez.

Los pasos llevaban luto en el llamador, el del Cristo por el que fue su capataz Espejo (2) , el de la Virgen por el Hermano número 1, don Enrique Navarro García.

Entre los dos pasos, un hermano ha tenido la curiosidad de contar las saetas que se le han cantado y han sido 145. Entre ellas son de destacar las que le cantó Manolo Mairena, Hermano de Honor de nuestra Cofradía, en calle Sierpes, y a la entrada de los pasos, así como las que cantó su hermano Antonio Mairena, llave del cante, en calle Sierpes.

También es digno de mención cuando se acercó al paso de la Santísima Virgen "El Balilla" (3) , un patero de confianza del capataz, que ha sacado este paso durante muchos años y que ya retirado no lo hace. Al acercarse los costaleros le dedicaron una "levantá" a pulso y al son de la música, mientras El Balilla por fuera "agarrao" o "abrazao" al paso y con lágrimas en los ojos, movía los pies como si estuviera dentro.

Una familia del norte de España, estaban sentadas en la calle Sierpes, llegó el paso de la Santísima Virgen y presenciaron una "levantá" de las que da la cuadrilla de Salvador y la más jovencita de la familia comentó "que era lo más grande que había visto y que si algo bueno había hecho ella acababa de pagárselo la Virgen con permitirle ver aquello".

Y lo más emocionante, para lo que no hay pluma para describirlo, fue al llegar el paso de la Santísima Virgen al Salvador: al acercarse al asilo de los ancianos se le hizo cara con el paso de la Virgen y al son de la música. Después se le levantó al mismo son, y había que ver la cara de aquellos ancianos desde el balcón y la de aquellos sacerdotes que les acompañaban llorando a lágrimas vivas. Ni que decir tiene que las personas que se encontraban en la plaza, en la que no se cabía, eran partícipes todas de la misma emoción y difícilmente había alguna que no estuviera también llorando. Aquí, amigo don Benigno, nos hubiera gustado verlo entre nosotros para que hubiera gozado de esta emoción y hubiera podido ponerla en la prensa como ocurrió, no como yo la cuento.

Por último, este año ha sido una verdadera apoteosis la cantidad de gente que nos ha acompañado por todo el recorrido, sin dejarnos prácticamente andar con los pasos. El fervor popular ha sido indescriptible. Dios lo ha querido.

Y ahora, sólo le pido perdón, por la redacción de la nota, que está hecha a prisa y corriendo y muchas gracias por todo cuanto hace en favor de nuestra Hermandad. Siempre sus gitanos le vivirán agradecidos.
                                                                                                         Un abrazo.

La Virgen de las Angustias entrando en la plaza del Salvador en 1967.

Aunque lo que mi padre le apuntaba al periodista se ceñía más que nada a lo que él había vivido desde la presidencia de la Virgen, cabe destacar que esa madrugada el Señor de la Salud estrenó sus nuevas potencias de oro, todo un sueño cumplido de la hermandad del que todos los periódicos habían dado ya cuenta.

Al contrario de lo que había sucedido en 1966, en el que el número de nazarenos y los retrasos provocaron la famosa "pescadilla", en esta ocasión se cumplieron los horarios, y la cofradía entró en Campana veinte minutos antes de los previstos. El diario ABC lo contó así:

Un escalofrío de emoción recorrió la Campana cuando apareció la imagen de la Virgen de las Angustias, titular de la Cofradía de los Gitanos. Su capataz, "el penitente", dirigiéndose a los costaleros les diría: "Muchachos, a nosotros no nos hace falta la marcha de "Los campanilleros". Ahí tenéis el paso. Media Sevilla os contempla" ¡Y cómo llevaron a la Virgen los costaleros! ¡Con qué mimo, con qué suavidad y con qué gracia!



1.-  ABC de Sevilla, edición del 26 de marzo de 1967. "Desde los palcos". Pp. 78-80.
2.- Manuel Espejo "Espejito" era segundo capataz y compadre de Salvador Dorado, y como tal estuvo a cargo del paso del Señor de la Salud hasta que a su muerte le sustituyó Manolo Santiago.
3.- Ricardo Gordillo Díaz, costalero y hermano de la cofradía, fue el creador de la voz "¡Al Cielo con Ella!" bajo el paso de las Angustias. Ya en 1949 aparece en el libro-registro de hermanos de nuestra corporación con el número 38, residiendo en pleno corazón de Santa Catalina, en la calle Feijóo