viernes, 1 de julio de 2022

LA HERMANDAD Y LOS FLAMENCOS

Se ha celebrado recientemente la cuarta edición del festival flamenco "Valle Gitano", una iniciativa a beneficio de las obras asistenciales de la hermandad que parece que se consolida, y hemos pensado que quizás sea el momento de hacer aquí, en el blog, memoria de los gestos de los artistas del cante, la guitarra y el baile a favor de nuestra querida corporación nazarena. 

Hace tiempo ya que tratamos en estas páginas de Manuel Ortega Juárez, "Manolo Caracol", y cómo -al menos nominalmente-, ocupó el cargo de hermano mayor en una comisión gestora (1). Quizás sea él el protagonista de uno de los primeros antecedentes de nuestro festival, y me refiero a las funciones de su espectáculo "Zambra 1946" que el genio de la calle Lumbreras y Lola Flores ofrecieron en el desaparecido teatro San Fernando el 13 de mayo de ese año, para ayudar a costear el nuevo paso para el Señor, estrenado aquella semana santa. 


Sección cartelera de "La Hoja del Lunes", edición del lunes 13 de mayo de 1946, página 11.

Hay que hacer constar que en esto de los festivales benéficos, nuestra hermandad, como todas, se encontraba con un importante obstáculo. El llamado "decreto de los prelados", auspiciado por el Cardenal Eustaquio Ilundain en 1930, prohibía a las cofradías la organización de todo tipo de espectáculos, funciones teatrales, tómbolas, corridas de toros, cruces de mayo... El prelado navarro, conocido además por su animadversión a las saetas "flamencas", dictó con los demás obispos de la archidiócesis aquella norma que privaba a las hermandades de una importante fuente extraordinaria de ingresos, y su sucesor, el adusto cardenal Segura, no quiso derogarla, aunque en este caso, quizás por todo lo que la corporación había sufrido en la guerra civil, con toda su pobreza a cuestas, parece que hizo la vista gorda. Eso sí, aquellas funciones de Caracol en el San Fernando se publicitaron sin nombrar para nada a la hermandad. Se hicieron a beneficio de los "gitanos", así entendido como colectivo social necesitado de la ciudad. Estaba prohibido para las hermandades tanto organizar los espectáculos, como aceptar donativos procedentes de los mismos. Si este colectivo dedicó después este dinero que le entregaron a costearle un paso al Cristo de sus devociones, eso era cosa de ellos, y allí no se metió nadie, aunque la verdad es que tampoco era muy difícil seguir la pista del asunto, sobre todo si vemos como días después se publica en ABC quien ofrece un vino a los artistas como agradecimiento ¡Nada menos que José Vega Niño! El hombre que lo era todo en la hermandad de aquellos tiempos.


ABC de Sevilla, edición del miércoles 15 de mayo de 1946, pág. 21.

La cofradía familiar de los años sesenta y setenta vive el flamenco de otra forma más íntima. No faltaban los Mairena, o Pepe Valencia en las comidas de hermandad. Tampoco era extraño encontrarse en las reuniones de nuestros antiguos hermanos a Antonio Tovar Ríos, "El Niño de la Calzá", o a Rafael Romero "El Gallina" (2), y sonada fue la visita de Porrina de Badajoz a San Román un Jueves Santo, pero festivales no hubo en una época en la que nuestra hermandad, buscando una imagen de seriedad, pretendía alejarse de todo lo folklórico que antaño se le había achacado. Es en esos mismos tiempos cuando la recién creada hermandad de los Gitanos de Utrera, sin este tipo de complejos, inaugura su famoso "Potaje Gitano".

Pero quizás los más inmediatos precedentes de nuestro "Valle Gitano" haya que encontrarlos en tres festivales que se celebraron en los años ochenta, en los mandatos como hermanos mayores de José Manzano Camacho y Manuel Ortega Ezpeleta. De dichos eventos hoy traemos como documentos históricos la cartelería que se editó para la ocasión.



El primero de ellos, la gran gala benéfica -obsérvese que se evitó el nombre de festival- "Los Gitanos por su Hermandad", se celebró el domingo 18 de octubre de 1981, sólo seis días después de la salida extraordinaria del Señor de la Salud por el centenario en San Román, pues se ideó para ayudar a los gastos de la misma (3). La gala reunió en el teatro Lope de Vega a las más grandes figuras del momento. La corporación tenía la suerte de contar entre sus hermanos con el gerente del teatro, José Javier Ortiz Sánchez, y con la única persona que era capaz de comprometer a todos los artistas, el conocido representante de la mayoría de los flamencos, Antonio Pulpón González. Si había que hacer algo, se hablaba con él y no había que encargarse de mucho más, y si algún detalle quedaba en el aire, para eso estaba también el hermano Gabriel Bernal Cueto, director artístico de la sala de fiestas La Trocha. 

El festival se repitió al año siguiente, esta vez para solventar problemas de tesorería de la bolsa de caridad (4). Se celebró también en el Lope de Vega, el domingo 31 de octubre del 82. No hemos encontrado el cartel, pero la hemeroteca nos permite saber que artistas participaron:  Juan Villar, Rancapino, Manolo Mairena, Fernanda, Bernarda y Pepa de Utrera, y sus sobrinos Inés y Luis, Martín Revuelo y su mujer, Juana Silva la del Revuelo, La Tati, El Pali, El Mimbre, La India, María José Santiago, Paco Gandía, el recitado de Manuel Loreto, el baile de Nieves Casablanca, y las sevillanas del grupo Aires de la Pañoleta, aparte de las guitarras de Andrés Domínguez, Manolo Franco, Melchor Santiago, Rafael Mendiola y Manolo Domínguez (5).

La tercera gran gala benéfica se realizó unos años más tarde, en el Hogar Virgen de los Reyes, el viernes 8 de noviembre de 1985, con destino a sufragar las bolsas de navidad que se entregaban a los necesitados en aquellas fechas, y su organizador fue Antonio Cortés Pantoja "Chiquetete" (6), que en esos momentos estaba en la cresta de su carrera artística, y que ya había demostrado su amor a la hermandad regalando los faroles de plata que acompañan al guion sacramental.



Y no todo era flamenco. No faltó como vemos a ninguna de las citas el humorista de la Puerta Osario Paco Gandía, hermano de la cofradía, como toda su familia. Tanto él, como muchos de los artistas de estos carteles hace tiempo que nos dejaron. Otros, como Panseco, Rancapino, o José de la Tomasa, son figuras consagradas por los años y el saber acumulado, y al último incluso se le dedicó la segunda edición de nuestro nuevo y flamante festival. A todos ellos, a los que se fueron, y a los que, afortunadamente para los aficionados, siguen en la brecha, queremos dedicar estas líneas. Todos se merecen nuestro agradecimiento y reconocimiento ¡Y adelante con el Valle Gitano! 


1.- Véase en el blog la entrada "¿Fue Manolo Caracol Hermano Mayor de los Gitanos?".

2.- De Rafael Romero Romero "El Gallina" se conserva en el archivo de la secretaría una carta que envió particularmente a mi padre, entonces secretario, en el que le daba cuenta de sus gestiones para vender ejemplares del pregón de Domingo Manfredi por los tablaos de Madrid, y en la que se acuerda de sus ratos pasados en la hermandad.

3.- Acta de cabildo de oficiales nº 224, de 30 de julio de 1981.

4.- Actas de cabildos de oficiales nº 236, de 19 de julio de 1982, y nº 238, de 8 de octubre de 1982.

5.- Edición sevillana de ABC del 6 de noviembre de 1982, página 52.

6.- Edición sevillana de ABC del 6 de noviembre de 1985, página 73.