Se nos ha marchado con el Señor de la Salud un hombre que ha marcado un antes y un después en nuestra cofradía. Nos referimos a Juan Manuel Martín Jiménez, capataz honorario de nuestra corporación. Aunque a las nuevas generaciones pudiera parecerle que el paso de nuestro bendito titular fue siempre el mismo, con ese pausado andar sobre los pies que le caracteriza, y que hace que el sevillano que lo contempla quede embelesado, como presintiendo lo que será estar disfrutando de su presencia por toda una eternidad, eso no es así. Esa forma de andar de nuestro Cristo la creó la primera cuadrilla de hermanos costaleros de nuestra hermandad, primero a las órdenes de un capataz profesional, Francisco Medina Guzmán, "El Kiki", y después a las de Juanma (1). Antes, con los costaleros profesionales, no dudamos que se vivieron momentos de emoción igualmente intensos, pero era inevitable que esos momentos fueran más efímeros. Los hombres, siempre los justitos, y con la corrida de toda una semana sobre sus cervices, tenían necesariamente que aliviarse e ir más ligeros. Sólo hay que ver las viejas películas de super-8 para comprobar que el Señor andaba de otra forma.
Un joven Juan Manuel Martín Jiménez y su contraguía, Rafael Jiménez Vega, esperan a sus costaleros en El Uno de San Román en una madrugada de finales de los ochenta. |
Por otra parte, se aprovecharon otras circunstancias. Los sempiternos parones en la Campana, antes de comenzar nuestra entrada en la carrera oficial, y el hecho de tener que dejar el paso expedito a la Macarena en su retorno por Cuna, hacían y hacen que toda la cofradía quedara comprimida en unas contadas calles. A alguien debió de ocurrírsele que la mejor manera de desahogar las apreturas de nuestro esforzado cuerpo de nazarenos, ya entonces considerable, era que el paso del Señor se recreara allí en la Campana, al compás de la música, mientras la cruz de guía avanzaba por Sierpes rauda tras la Esperanza de Triana, y en verdad que se vivieron momentos apoteósicos en aquella plaza a finales de los años ochenta y principios de los noventa del pasado siglo. De los antiguos almacenes el Lubre a la confitería, sin arriar ni siquiera en el palquillo, y siempre entrando en la plaza con la marcha "Perdona a tu Pueblo".
Quizás sea la entrada en Campana de 1993 -o eso dicen, que yo no he sido nunca capaz de contar los minutos viendo al Señor- cuando este concepto del andar sobre los pies eternizando las chicotás fue llevado a sus últimas consecuencias por Juan Manuel Martín Jiménez. Ahí en youtube están los videos, y que cada cual juzgue según su criterio que entrada en carrera oficial fue la mejor. Probablemente, para recordar y homenajear a Juanma, hubiéramos debido de poner aquí el enlace a alguno de ellos, pero nuestros lectores ya saben lo que nos gusta un papel en este blog, y hemos preferido traeros hoy un documento de 1990 (2). Se trata de un compromiso de los capataces y los costaleros de aquella gloriosa cuadrilla para hacerle un regalo al Señor, con el que pretendieron mostrarle todo su amor y devoción. Dice así:
En la Ciudad de Sevilla, a veinte y uno de Septiembre de mil novecientos noventa, a las nueve y media de la noche y en las dependencias de la Casa de Hermandad de los Gitanos, Antonio Moreno Bermúdez, como Hermano Mayor de dicha Hermandad, me reúno con un grupo de hermanos, capataces y miembros de la cuadrilla del paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud, cuyo grupo está constituido por los siguientes señores: D. Juan José Lérida Espinosa, D. Juan Manuel Martín Jiménez, D. José Ramón Nimo Maldonado, D. Rafael Gordillo Vázquez, D. Manuel Canto Elías, D. Manuel Morillo Sánchez, D. Joaquín Vega Niño, D. Antonio López Delgado y D. Luis Maldonado Ordóñez, y
PRIMERO: El tema a tratar es que dichos hermanos tienen la ilusión de bordar unos broches nuevos en los faldones del paso de Cristo.
SEGUNDO: Se presentan tres dibujos de los bordadores sevillanos Sres. Carrasquilla, Elena Caro y Peleteiro.
TERCERO: Por unanimidad de los presentes es elegido el diseño del Sr. Carrasquilla, cuyo precio es de un millón seiscientas mil pesetas los ocho broches.
CUARTO: Este grupo de hermanos está ilusionado y sus deseos es pagar los ocho broches, pero de momento se comprometen a lo siguiente:
QUINTO: En Diciembre de este año de 1.990, entregarán en efectivo cuatrocientas mil pesetas para el bordado de dos broches del faldón delantero, al ser posible para la próxima Semana Santa, y en Diciembre de 1.991 entregarán otras cuatrocientas mil pesetas o lo que hubieran aumentado de precio, para el bordado de otros dos broches y seguirán trabajando para completar los ocho broches.
De todo lo anterior tiene conocimiento la Junta de Gobierno y dará cuenta a la Junta Económica para su aprobación, levantándose la presente que firman todos los concurrentes y pido al Señor de la Salud, que ilumines a todos para que esta obra sea solo de capataces y costaleros.
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El documento tiene la curiosidad de que aparte de la firma de Juanma y del López, aparecen las de significados costaleros, y entre ellos dos famosos futbolistas del Sevilla y del Betis, Nimo y Gordillo, aunque este último por esas fechas militaba en el Real Madrid. Un documento en fin con el que hemos querido recordar a aquellas primeras cuadrillas de hermanos y darle a Juan Manuel nuestro último adiós en este blog, testimoniándoles nuestro agradecimiento por todos esos momentos que nos regalaron. El martillo y las trabajaderas del paso del Señor tienen dignos sucesores. El Señor de la Salud seguirá andando como tiene que andar, porque ese sentimiento que nuestro capataz transmitió a su gente perdurará para siempre. Ese es su legado. A su viuda, a sus hijos, queremos expresarles toda la tristeza que nos ha dejado su partida hacia el Señor, y el deseo de que nuestra Santísima Virgen alivie las angustias y las penas que tienen que estar pasando en estos momentos por su ausencia. Que brille para él la luz perpetua.
El Señor de la Salud en su paso, preparado para su última estación de penitencia. En los faldones los broches que le regalaron su capataz y sus costaleros |
1.- A poco de celebrarse la salida extraordinaria por el centenario de la hermandad en San Román, el 12 de octubre de 1981, en la que ya algunos hermanos se metieron debajo del paso, se realiza el primer contrato para crear una cuadrilla de hermanos costaleros con los capataces profesionales Manuel López Díaz "El Moreno" -que el hombre ya estaba enfermo-, Francisco Medina Guzmán "El Kiki" y José Luque Fernández. En la cláusula tercera de este contrato, la hermandad se compromete a poner a disposición de los capataces como ayudantes a los hermanos Juan Manuel Martín Jiménez y Guillermo Martelo Rodríguez, y como contraguía a Rafael Jiménez Vega (Acta de cabildo de oficiales nº 230 de 15 de enero de 1982). En noviembre de 1985 Juanma es nombrado capataz del paso Cristo, y Alberto Gallardo Aguilar capataz del paso de palio, "quedando en la responsabilidad de ambos nombrar a sus segundos" (Acta de cabildo de oficiales nº 266 de 15 de noviembre de 1985)
2.- El documento original, con la firma de los participantes, se conserva en el archivo de la hermandad. El que presentamos aquí es una copia hecha con papel carbón que mi padre -que aunque no asistió a la reunión fue quien lo mecanografió a la postre- guardó para su archivo.
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