lunes, 1 de diciembre de 2025

LA EXPOSICIÓN DE BORDADOS DE 1898

En la cuaresma de 1898, el diario republicano "El Baluarte", conocido por su anticlericalismo, publicaba entre noticias sobre lo que se barruntaba en Cuba la siguiente reseña de información local:




"Mosaico de la prensa sevillana de hoy.

La Andalucía Moderna.- Nos anuncia hoy que...

"El mayordomo de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Salud (vulgo de los gitanos) ha visitado al Sr. Romero Canavachuelo para comunicarle que dicha hermandad no tiene inconveniente en que la túnica de dicha imagen figure en la Exposición de bordados."

Bueno: pero que el Sr. Canavachuelo haga constar que por eso no se da subvención.

¡No vayamos luego á tener dimes y diretes!" (1)

Como vemos, ni siquiera la prensa más progresista se libraba de los estereotipos y los prejucios contra los gitanos y contra la hermandad. Si ésta accedía a prestar la túnica bordada del Señor y que figurara en una exposición de bordados, no podía ser otra cosa que esperase algo a cambio, y seguramente un incremento de la subvención, de la que tan necesitada estaba siempre. Ese mismo año, "El Noticiero Sevillano" escribía en sus informaciones sobre la Semana Santa un comentario que nos muestra el valor que se le daba en el seno de la cofradía a aquella prenda:

"La túnica que el Señor lleva puesta es la más rica entre todas las de su clase, y de aquí el orgullo con que los jitanos dicen que la túnica de su Señor es la que hace el número uno" (2)

Pero hablemos algo más de aquella exposición de bordados antiguos que se celebró en la ciudad el año del desastre del 98, porque hemos adquirido a un anticuario un número de la revista barcelonesa "La Ilustración Artística", que nos ofrece un extenso reportaje sobre lo que fue la muestra.

La idea de celebrarla partió, según parece, del escritor e historiador de arte D. José Gestoso y Pérez, e inmediatamente fue bien acogida por el alcalde-presidente, marqués de Contadero, y por el arzobispo D. Marcelo Spínola, que ofreció el palacio de la plaza Virgen de los Reyes para su celebración. Que el futuro beato, del que ya contamos las buenas relaciones que siempre tuvo con la hermandad, fuera uno de los impulsores del proyecto, ya era motivo suficiente para que los gitanos se pusieran a su disposición (3). Era en esas fechas hermano mayor Nicolás Moreno Camacho, que siete años antes había conseguido la primera salida procesional de la cofradía desde San Román, pero no nos consta quien sería el mayordomo que se entrevistó con el teniente de alcalde Francisco Romero Canavachuelo. Bien pudo ser Juan José Niño López, o bien Enrique Manuel de Villena, que un año más tarde dirige el acostumbrado escrito al ayuntamiento.

La revista mencionada, publicada en julio, cuando ya se había clausurado la exposición, nos cuenta:

"En cinco grandes salones de la planta baja del palacio arzobispal efectuóse la instalación. Enriquecían el primero los bordados de los siglos XV y XVI, el segundo los del XVII, el tercero y cuarto los del XVIII y el quinto los del XIX. Con tal clasificación cronológica podían, hasta las personas más extrañas a este linaje de estudios, darse cuenta y apreciar atinadamente las evoluciones sucesivas del gusto artístico, que facilitaban la comparación con las producciones contemporáneas, si deslumbradoras por su riqueza, exentas del buen gusto y del primor admirable de los bordados antiguos (...)

De lamentar es que las tristes circunstancias por las que atraviesa la patria hayan sido causa de no obtener los resultados que se debía esperar, pues no será fácil que nuevamente puedan verse reunidos tan interesantes materiales de estudio que entonces, para aprovechamiento de artistas, arqueólogos e industriales" (4)

Y es que a exposición se inauguró, ya pasada la Semana Santa, el viernes 15 de abril de 1898. El estallido de la guerra hispano-norteamericana diez dias después, que desembocaría en la pérdida definitiva de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, terminó por eclipsarla. Pero allí, junto al famoso terliz de la montería de la catedral, el frontal de altar donado por el papa León X al cabildo, el soberbio manto de la Virgen del Voto o multitud de ricas casullas, capas pluviales, dalmáticas y paños de atril del tesoro catedralicio, estuvo la antigua túnica del Señor de la Salud.


Detalle de la antigua túnica bordada del Señor.


1.- Diario "El Baluarte", edición del 23 de febrero de 1898, pág.1.

2.- "El Noticiero Sevillano", edición del 6 de abril de 1898, pág. 2.

3.- Véase en el blog "En tiempos del cardenal Spínola"

4.- Revista "La Ilustración Artística", edición de 4 de julio de 1898. Páginas 438 y 439.