El dato nos lo apunta el periodista Gil Gómez Bajuelo en un artículo que publicó ABC en 1944: "La protección de los prelados a las cofradías sevillanas", que termina con una referencia al que fuera cardenal D. Marcelo Spínola y Maestre, en la que se nos indica:
«Él colmó de gracias espirituales e indulgencias a una Hermandad tan popular como la de Nuestro Padre Jesús de la Salud. Digamos para más rápida comprensión, la Hermandad de "Los Gitanos". Solía el cardenal, citar a los "cañís" en el Palacio Arzobispal, tres o cuatro veces al año. Ellos le daban cuenta de la marcha de la Hermandad, de sus anhelos, de sus apuros. El cardenal les acompañaba con frecuencia en sus funciones. Y de nuevo, los rostros de bronce, en respetuosa actitud, decoraban la puerta del palacio. Muchas veces se le oyó decir al gran cardenal con acento de emoción: -¡Qué honroso me encontraría, si en cada pueblo de mi diócesis, hubiera una cofradía de "morenos"!» (1)
Foto del palacio arzobispal tomada entre 1880 y 1900 por el catalán Josep Esplugas Puig. |
Marcelo Spínola llega a Sevilla para hacerse cargo del arzobispado el 13 de febrero de 1896, en los días previos a iniciarse la cuaresma, y se encuentra con una hermandad de los Gitanos que el año anterior no ha podido realizar su estación de penitencia, agobiada por los gastos y deudas que le habían supuesto el realizarla de 1891 a 1894. Son años, recordemos, en los que se había adquirido una valiosa túnica bordada para el Señor de la Salud y una bonita saya para la Virgen de las Angustias, ambas atribuidas a Rodríguez Ojeda, se había conseguido un palio de plata de roultz procedente de la Macarena, y se mejoró el patrimonio de la corporación empeñándose con bordadores y cereros, porque la subvención municipal no daba para tanto. En esa misma cuaresma de 1896, la hermandad tiene que escribir hasta tres veces al ayuntamiento. Una solicitando la subvención, otra pidiendo que se le aumente la cantidad de cuatrocientas pesetas que les han asignado a quinientas, cosa que se le deniega, a pesar de que es la cantidad con la que se ha subvencionado a otras hermandades, alguna incluso de un solo paso, y finalmente se oficia para que los almacenes municipales presten unos tablones con los que construir la rampa de salida a las puertas de San Román. Al final se consiguió realizar la estación de penitencia, y parece que muy dignamente, porque el periódico La Andalucía, escribe en su crónica del Domingo de Resurrección: "Ya no puede decirse que exista cofradía pobre, pues hasta la de San Román este año se ha presentado con un verdadero esplendor y lujo" (2).
No fueron sin embargo tiempos fáciles para Spínola en cuestión de cofradías: El orden de paso actual de la madrugada no estaba aún fijado, y es precisamente en los años en que pastorea el no siempre dócil rebaño hispalense, concretamente en 1899, cuando se produce la alteración que aún sufre nuestra corporación, aunque a ello dedicaremos capítulo aparte. Conocidos son los incidentes producidos entre las hermandades del Gran Poder y de la Macarena en los que Spínola tuvo que intervenir propiciando la famosa concordia entre ambas corporaciones en 1903. Precisamente de ese año, de una semana después de la firma de dicha concordia, es el documento que hoy queremos traer a estas páginas. Se trata de un escrito dirigido conjuntamente por nuestra hermandad y la del Calvario a Don Marcelo Spínola, con el fin de que igualmente medie con las hermandades que les anteceden, para que estas adelanten sus horarios y no se les cierre a ellas la catedral o tengan que pasar precipitadamente por sus naves (3). De hecho, en el año de 1901 la hermandad sufrió el desagradable incidente de encontrarse las puertas de la Santa Iglesia Catedral cerradas. El documento dice así:
Excmo. y Rvmo. Sr. Arzobispo de esta Diócesis.
Excmo. y Rvmo. Sr.
Los que suscriben en nombre y representación de la Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Nuestra Señora de las Angustias y la del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora de la Presentación que hacen estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral en la Madrugada del Viernes Santo tienen la honra de dirigirse a V.E.R. con todo respeto y filial devoción para manifestarle: Que con esta fecha han oficiado a las Hermandades de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y María Santísima de la Concepción, a la de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso, y a la del Santísimo Cristo de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza, que anteceden en su estación a las que representamos, en el propio Viernes Santo de Madrugada, en súplica para que respectivamente se sirvan adelantar la hora de salida que vienen usando a fin de que las hermandades recurrentes puedan visitar el Santo Monumento con la devoción debida, según les prescriben á cada una sus reglas, lo cual no pueden efectuar por regirse aquellas Hermandades para su salida por las mismas horas que en lo antiguo, cuando eran las únicas que verificaban su estación en la Madrugada del Viernes Santo.
Es muy sensible Excmo. y Rvdmo. Señor para las hermandades que tenemos el honor de representar el verse privadas del acto solemne de visitar el Santo Monumento de la Catedral, único y exclusivo fundamento de su salida en procesión de penitencia, ó al verificarlo, hacerlo precipitadamente y sin la devoción con que deben verificarse actos tan solemnes, cuando con solo adelantar una hora la salida de las Hermandades que van en primer término, y exijir que todas fueran consecutivas durante la estación remediarían los perjuicios que sufren las Hermandades exponentes cuya petición, es notorio, no va contra ningun derecho ni prerrogativa, pues solamente tiende a que puedan practicar este devoto ejercicio, las Hermandades de nueva creación, y á introducir esa pequeña modificación en las horas de salida de las referidas Hermandades en bien general y conforme a las circunstancias presentes.
Esperamos Excmo. y Rvdmo. Sr que las referidas Hermandades accederán á nuestra solicitud, por estimarla equitativa y justa, pero para que el bien general que perseguimos tenga éxito más seguro
Suplicamos a V.E.R. que si encuentra méritos suficientes para ello se digne interceder en favor de nuestra petición cerca de las Hermandades de referencias, interesándoles al propio tiempo para que vayan en su estación una inmediatamente después de la otra, por orden de prelación, lo que es también indispensable para que todas las Hermandades que hacen estación el repetido Viernes Santo de madrugada, visiten con la devoción y recojimiento que el acto requiere el Santo Monumento de la Santa Basílica.
Gracias que no dudan merecer de la bondad y rectitud de V.E.R. cuya importante vida guarde Dios Nuestro Señor muchos años.
Sevilla, 31 de Marzo de 1903.
Por no saber firmar el Hno. Mayor lo hace El Hno. Mayor
P.O. Felipe Tirado (4) Felipe Pachón
Ciento veinte años después, lee uno la prensa cofrade y parece que seguimos en las mismas. El orden de la madrugá no se toca, y este Viernes Santo entraremos en la carrera oficial más tarde, ya en plena mañana del Viernes Santo. Y eso siempre que se cumplan los horarios y no suframos el sempiterno parón al que estamos por lo visto condenados. Al paso que vamos ¿Volverán a cerrarnos la Catedral? El cuerpo de nazarenos ya sabe lo que es tener que dejar la Catedral a prisa y corriendo, incluso dar paso a nuestro palio apartándonos para que salga antes que nuestros nazarenos.
Don Marcelo Spínola fue beatificado por Juan Pablo II en 1987. Quizás haya que encomendarse a aquel "arzobispo mendigo", para que se acuerde de los descendientes y herederos de la fe de aquellos "morenos" que acudían a la plaza de la Virgen de los Reyes a contarle sus ilusiones y sus cuitas. A ver si por fin se llega a un arreglo de la madrugá en el que no salgamos como siempre perdiendo.
2.- LA ANDALUCÍA. Edición del 5 de abril de 1896, página 2. Hemeroteca del Instituto de Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS).
3.- Por estas fechas debió de ocurrir el incidente con la hermandad protagonizado por el provisor del arzobispado D. Jerónimo Älvarez Troya, que pretendió cerrarle las puertas de la catedral a nuestra cofradía, anécdota que recoge el canónigo y literato Juan Francisco Muñoz y Pabón en su obra "En el Cielo de la Tierra", y que en su día publicamos en el blog, en la entrada "Muñoz y Pavón, de Madrugada".
4.- Felipe Tirado Álvarez, que firma por orden del hermano mayor, al no saber éste hacerlo, era un impresor con domicilio en el número 18 de la calle Peñuelas. Desconocemos si ocupaba algún cargo en la Junta de Gobierno.