domingo, 1 de noviembre de 2020

MARUJA Y EL SELLO DEL GENERAL


No hace mucho adquirí en una página de coleccionismo una vieja estampa de la Virgen de las Angustias. Lleva el pié de imprenta de D. Francisco Vera Mármol, hermano mayor honorario que fue de la corporación, con establecimiento en el número 5 de la plaza de la Europa. Aunque no aparece la fecha de su edición, yo la supongo de finales de los años treinta. Esa misma foto, con la Virgen vestida de hebrea, figura encabezando la convocatoria de los cultos cuaresmales de 1938.




En la imprenta de Francisco Vera trabajaba José Vega Niño, secretario y factótum de la hermandad en aquellos duros años, al que muy probablemente se deba la redacción del texto que aparece en el reverso. Lo que más llama la atención del mismo es la petición de ayuda al pueblo sevillano. Con un lenguaje bélico, propio de la época, se menciona la destrucción de las Imágenes, enseres y capilla por las "hordas marxistas", no olvidándose destacar la vinculación con la cofradía de la señorita María Queipo de Llano, la hija menor de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, el general protagonista del alzamiento militar en la ciudad, al que alguno llegó a llamar el Virrey de Andalucía.

Si su padre fue macareno, Maruja Queipo de Llano y Martí era de los Gitanos. Ella fue la madrina en la ceremonia de la bendición de la Santísima Virgen, el 14 de marzo de 1937, e igualmente la nombraron camarera honoraria. Se implicó a fondo en el resurgimiento de la hermandad, y a principios de 1938 abrió una suscripción popular para que se ayudara en lo posible a remediar la postración sufrida con el incendio de San Román (1). Maruja trató de convencer a don Gonzalo de que interviniera en la cuestación, lo que al militar no le pareció buena idea, pues pensaba que ya había pedido bastante dinero a los sevillanos con motivo de la guerra y para el rescate de la corona de oro de la Esperanza Macarena, así que nuestra Maruja, a escondidas del general, se hizo con el sello personal de éste, con el que firmaba los documentos oficiales, y con el mismo estampado en cartas que ella misma mecanografió, solicitó la colaboración de buena parte de la burguesía local en la referida suscripción. Su hija, mi amiga Ana Quevedo, cuenta esta anécdota en las memorias que escribió sobre su abuelo, y como su madre se llevó a media junta de gobierno al cortijo de Gambogaz para que le ayudaran en la tarea. No fueron sorprendidos in fraganti por el general de casualidad (2).


Guillermo Cantalapiedra, José Bocio, Enrique Navarro, María Queipo de Llano, Juan Peinado, Alfonsa Domenech, Baldomera Sánchez y Currito "El Saetero". Foto de J.J. Serrano en portada del ABC de Sevilla. 28 de marzo de 1939.

Maruja estuvo en mayo de ese año en el festival en el Teatro San Fernando que dio la actriz Carmen Díaz a beneficio de la hermandad, al que sí asistió su padre, y que fue todo un éxito. Ella había movido por detrás los hilos, y esta vez no podían ponerle pegas (3). Estuvo en la bendición de la nueva imagen del Señor de la Salud, y así aparece en la portada de la sevillana edición de ABC del 28 de marzo de 1939, junto a los donantes de la efigie, D. Juan Peinado y su esposa Dña. Alfonsa Domenech. Las notas de prensa de la época refieren su presencia en cada uno de los actos y cultos que la hermandad celebraba, y su ayuda fue constante. Incluso convenció a su señora madre para que le regalara a la Virgen su valioso traje de novia, a fin de que la sagrada imagen tuviera algo más en su entonces pobre ajuar.

En el verano de 1939, tras unas críticas en público al general Franco, D. Gonzalo Queipo de Llano cayó en desgracia, y el nuevo régimen lo envió al exilio en Roma, camuflando el asunto como una misión diplomática. Maruja fue la única de la familia que marchó con él. Allí se enamoraría del comandante Juliano Quevedo, asistente del general. Aunque el exilio duró solo un par de años y Queipo de Llano volvería a Sevilla con su hija para mantenerse en el ostracismo, ella, que nunca dio su brazo a torcer, no tardó en marcharse a Madrid para casarse con su amor, casi en secreto, a pesar de la oposición de su padre y del resto de la familia. La hermandad se había despedido de ella nombrándola "Camarera de Honor Perpetua". Sólo volvería a Gambogaz, ya con una pequeña hija, para estar con el general en sus últimos días. 


Maruja Queipo de Llano arreglando a la Virgen de las Angustias.


Tengo que contaros que gracias a aquella pequeña estampa con la que empezábamos, y a la lectura de su libro, he hecho amistad con Ana Quevedo, la hija de Maruja, una mujer encantadora donde las haya, que ha tenido el detalle de enviarme el nombramiento de su madre como camarera de honor perpetua, para que sea la hermandad quien lo conserve. El pergamino, aunque sencillo, está realizado por el artista sevillano Guillermo Bonilla García (4), que sólo unos años después diseñaría las antiguas andas del Señor. Viene firmado por José Vega Niño como secretario, Joaquín Serrano Filigrana como hermano mayor, y Antonio Vega de los Reyes "Gitanillo de Triana" como mayordomo.


Nombramiento de Camarera de Honor Perpetua. Bonilla, 1942.


Quisiéramos terminar este recuerdo que hemos tenido para nuestra Maruja, que tanto bien hizo a la hermandad, con un fragmento de una poesía que, imitando el estilo de los hermanos Quintero, le escribió el mismo José Vega Niño "Joselete" en 1938. Un piropo que ella conservó con cariño durante toda su vida, que se extinguió en 2001. Que el Señor de la Salud y su bendita madre de las Angustias la tengan en su Gloria.

"...pero había güenas almas
que se han sabío rascar
y tenemos lo más grande
¡La hija der Generá!
¡Der Sarvaó de Seviya!
La morena más juncá,
más graciosa y más bonita
que te púas imaginá.
Maruja, nuestra madrina,
¡Dios bendiga a su papá!
Que por su Virgen bonita
está toita chalá.
Es tan buena esa muchacha,
tan pressiosa y tan cabá,
que si, ¡lo que Dios no quiera!
nos vorvieramo a queá
sin la Virgen e las Angustias
no había que desesperá, 
porque a ella la poníamo
en su mismo pedestá
y es seguro que tar cambio
nadie lo había de notá,
y seguro que la Virgen
no se había de enfadá..."


José Vega, gitano y secretario de la hermandad
4 de marzo de 1938




1. Diario ABC de Sevilla, edición de 5 de febrero de 1938, pag. 28. Aparece una primera lista de participantes en la suscripción.
2. QUEVEDO Y QUEIPO DE LLANO, ANA. "Queipo de Llano. Gloria e infortunio de un general". Editorial Planeta, 2001. Pp. 680-685
3. Véase la entrada del blog "Carmen Díaz y la Hermandad de los Gitanos"
4. El pintor Guillermo Bonilla García (1912-1988) había ya colaborado con Fernández-Andes en la policromía del Señor de la Salud, como posteriormente lo haría con Ortega Bru con el Cristo de la Misericordia de la hermandad del Baratillo y con el misterio de Santa Marta. También diseñó las andas de esta última hermandad, e ilustró los libros de reglas de las de San Isidoro y los Estudiantes. Fue igualmente un reconocido cartelista.