viernes, 1 de febrero de 2019

VIENE EL SEÑOR VESTIDO DE MAJESTAD

En memoria de José Manzano Jiménez

"Viene el Señor vestido de majestad, vestido y ceñido de poder". Me acordé de ese salmo cuando el pasado diciembre acompañábamos los restos mortales de nuestro hermano Pepe Manzano a los piés del Señor de la Salud y su bendita madre. El padre Dobado nos había emocionado a todos los presentes en el reponso contando como el día anterior, cuando iba a administrarle a Pepe los últimos sacramentos, su valiente esposa, María Jesús, le animaba en su agonía:

- ¡Pepe! ¡El Señor viene a verte! ¡Que viene el Señor!

Si siempre es dolorosa la pérdida de una vida humana, aún más lo es cuando se trata de una persona todavía joven y que tenía tanto amor todavía que dar a su familia y también a su hermandad, su gran pasión, como dijo nuestro Director Espiritual aquel día. Desde luego que Pepe Manzano trabajó mucho por nuestra cofradía desde el cargo de mayordomo, pero quizás su obra principal, la que muchos hermanos le agradecemos enormemente, la realizó desde fuera de una junta de gobierno. Fue él quien reunió y lideró a ese grupo de hermanos que quiso donar esa túnica bordada, recreación de la atribuida a Rodríguez Ojeda que tuvo la desaparecida efigie de Nuestro Padre Jesús de la Salud, así como la réplica de ese bello cíngulo con la rosa de pasión que la hermandad conserva como una reliquia del pasado. Sin la capacidad de organización de Pepe, sin su voluntad impetuosa, sin su personalidad arrolladora, sin su entrega sin medida, quizás no hubiera sido posible.


Pepe Manzano en el taller de bordados de Sucesores de Elena Caro firmando el contrato de la túnica bordada

Hoy queremos traer a estas páginas, en recuerdo de él,  un viejo documento fechado en 1892, el año en que se estrenaba aquella túnica que Pepe y ese grupo de hermanos se propusieron, más de un siglo después, recuperar de algún modo para el patrimonio de la hermandad. Se trata de un escrito dirigido a la alcaldía por el entonces hermano mayor, Nicolás Moreno Camacho, en el que traslada a la máxima autoridad municipal la intención de la cofradía de hacer ese año estación de penitencia, informándole del estreno de la túnica, comunicándole el itinerario y, sobre todo, solicitando la entonces tan necesaria subvención municipal (1). Dice así:





"Tengo el honor de contestar a su atenta comunicación fecha tres del actual en la que me manifiesta si la Hermandad que represento tiene o no acordada su salida. Le participo a V.E. que tiene acordada su salida el Viernes Santo de madrugada como lo verificó en el año anterior.
Las reformas que este año se han hecho la primera es la magnífica túnica de Jesús; la peana de la Virgen, algunas insignias y sus nazarenos visten túnicas moradas y negras.
Ruego a V.E. atienda muy especialmente en mi petición cual es que esta Hermandad es de pobres jornaleros que hijo de sus privaciones han podido a fuerzas de sacrificios confeccionar la túnica expresada y es la razón para suplicarle a V.E. que al hacer la asignación que estime conveniente o justa, teniéndose en cuenta que los gastos sólo de salida ascienden a cuatro mil quinientos o cinco mil reales puesto que se trata de una de las estaciones más largas y de tener un numeroso cuerpo de nazarenos.
Estación por donde ha de transitar = Peñuelas = Bustos Taveras = Castellar = Plaza del Almirante Espinosa = Feria = Correduría = Amor de Dios = Santa María de Gracia = Sierpes = San Francisco = Génovas = Alemanes = Placentines = Franco = Culebras = Salvador = Cuna = Universidad = Encarnación = Coliseo = Alcázares = San Pedro = Alhóndiga = Plaza de los Terceros = Sol =
Dios guarde a V.E. muchos años.
Sevilla 25 de Febrero de 1892
El Hermano Mayor
Nicolás Moreno

Exmo. Presidente de este Ayuntamiento"






Para aquellos antiguos gitanos, que sólo un año antes habían conseguido sacar la cofradía por primera vez desde San Román tras medio siglo sin poder hacerlo, la realización de aquella majestuosa prenda para el Señor fue todo un logro. Se ha contado incluso, no sabemos con cuanto fundamento, que las autoridades eclesiásticas no eran muy favorables a que la hermandad volviera a salir en ese 1892, tras la experiencia del año anterior, considerando que por su pobreza desentonaba con el resto de las cofradías de la jornada, pero con este estreno aquellos hermanos les convencieron de que tanto esfuerzo merecía tener su recompensa (2). Puede que aquel viejo paso, hecho para otro tiempo en el que los gustos eran distintos, no fuera gran cosa, pero la prensa de la época recogía como aquellos hermanos presumían de la túnica de su Cristo, calificándola como la mejor (3).

No quisiéramos terminar esta entrada del blog sin expresar un deseo, un ruego, que creemos extendido entre un numeroso grupo de hermanos. Pensamos que no hay mejor ocasión para que el Señor de la Salud luzca de nuevo esa prenda en la calle, en su salida procesional, que en la próxima madrugada del Viernes Santo, en homenaje y reconocimiento a nuestro querido Pepe Manzano, al que el Rey de Reyes, vestido con toda su majestad, vino a recoger recientemente para llevárselo a su gloria.




1.- Archivo Municipal de Sevilla. Colección Alfabética. Semana Santa. Expediente 2.Caja 631. Año 1892. 
2.- Así lo cuenta el periodista sevillano Francisco Coves Araisa en su artículo "Las Cofradías de Sevilla", aparecido en la revista madrileña Estampa en su edición de 5 de marzo de 1929,  página 10.
3.. H.M.S. El Noticiero Sevillano. 6/4/1898,  pág. 2.