Era yo un chiquillo en edad escolar cuando leí aquel libro que andaba por casa, "Historia de las Cofradías Sevillanas", de Pedro Liaño Gómez, en el que tratando de la historia de nuestra corporación, aparece el dato que hoy vamos a discutir. Dice así:
La Virgen y su Hermandad recibieron siempre la ofrenda de los más insignes prohombres y personalidades que la admiran y quieren y todo hacia Ella son manifestaciones de esa devoción. Posee la Celestial Señora una saya confeccionada con el traje de bodas de la esposa del General Queipo de Llano y sobre la misma, pasado, el bordado en oro del traje de luces del que fue su Hermano Mayor Gitanillo de Triana famosísimo matador de toros conocido también por "Curro Puya", siendo miembros notables de esta Hermandad don Manuel Ortega Jiménez, que también fue Hermano Mayor, conocido por "Manolo Caracol" (1)
Nombrar a Caracol en casa era hablar del ídolo de mi padre, que desde niño había seguido su carrera con la mayor de las admiraciones. Tenía todos sus discos, guardaba las entradas y libretos de las muchas veces que había ido a ver sus espectáculos en el desaparecido Teatro San Fernando, y si se canturreaba algo, que era muy aficionado, lo hacía imitando a su artista favorito. Recuerdo cómo le pregunté por lo que acababa de leer. Había de momento un error que saltaba a primera vista. Manolo Caracol tenía como segundo apellido Juárez, no Jiménez ¿pero qué había de verdad en lo que se decía de que había sido hermano mayor? Mi padre ni me confirmó ni me lo desmintió. Él no fue hermano hasta 1958, pero sí me dijo que había escuchado algo sobre el particular y le habían contado que eso no era así, que Caracol no llegó a ocupar tal cargo. Por otra parte, él mismo había indagado y no constaba siquiera que hubiera sido hermano. No aparecía en los libros que entonces él mismo custodiaba en calidad de secretario (2).
Años después le hice la misma pregunta a José Lérida y Vargas, infatigable mayordomo de la cofradía en aquellos primeros años de la década de los cincuenta del pasado siglo, y me informó de algo más. Joselito Lérida -toda la hermandad y media Sevilla lo conocían por el cariñoso diminutivo- me había regalado agradecido una fotocopia de una entrevista que le hizo Enrique Hernández-Luike para la sección cofradiera del diario "Sevilla" (3). Yo era entoces un veinteañero, y él octogenario, pero me gustaba visitarlo en su domicilio para que me contara historias antiguas de la hermandad, y a veces incluso le hacía de lazarillo cuando el hombre salía a vender a amigos y conocidos los libros de poemas que escribía, y cuyos beneficios dedicaba a ayudar a las Hermanitas de la Cruz. El caso es que en aquel número de "Sevilla", fechado en marzo del 53, cuando la cofradía conmemoraba su segundo centenario, volvía a aparecer el dato en cuestión. Figuraba la composición de la comisión gestora que gobernaba entonces la hermandad, y de nuevo Manuel Ortega Juárez en el cargo de hermano mayor. Desde luego que interrogué sobre el particular al tío José y me contó como, con ocasión del recibimiento como hermana de su hija Luisa, Caracol se había ofrecido a ayudar a costear un nuevo retablo para las imágenes en la capilla que ocupaban de la recién restaurada parroquia de San Román. No era la primera vez que el artista colaboraba económicamente con la hermandad. También había ayudado unos años antes, junto a su entonces pareja artística, Lola Flores, a saldar las deudas contraídas con motivo de la adquisición del nuevo paso para el Señor de la Salud realizado en los talleres de Pérez Calvo, dedicando al efecto dos funciones de su espectáculo "Zambra 1946" (4) .
Los hermanos que entonces llevaban el gobierno de la hermandad pensaron que la mejor manera de comprometerlo en el asunto del retablo era haciéndolo formar parte de la gestora, y efectivamente fue nombrado gestor por la autoridad eclesiástica en febrero de 1953. Y no solo él, también su hijo Enrique y su yerno Arturo Pavón entraron en aquella junta gestora, pero el cantaor, por sus obligaciones profesionales, y porque ya vivía más en Madrid que en Sevilla, apareció lo justito por San Román, teniéndolo que suplir la mayoría de las veces su antecesor en el cargo, el recordado Paco Antúnez, que era a la sazón teniente de hermano mayor. Y en cuanto a los dineros prometidos... contaba el tío José que aportó, pero no lo que esperaban. Al año siguiente se tuvo que reorganizar la gestora, entrando a formar parte de ella como hermano mayor José Vega de los Reyes, otro de los "Gitanillos de Triana".
Hace poco, encontré y compré en una página de coleccionismo una vieja convocatoria de mano de los cultos de 1953, editada -como prácticamente toda la documentación de la hermandad de la época- en la imprenta de D. Francisco Vera Mármol, hermano mayor honorario de la corporación, y ahí está de nuevo el nombre del genio de la calle Lumbreras (5). Aquí os dejo esta convocatoria para terminar de ilustrar esta entrada sobre el gran Manolo Caracol y su relación con la Hermandad de los Gitanos, y que cada cual saque sus conclusiones.
Años después le hice la misma pregunta a José Lérida y Vargas, infatigable mayordomo de la cofradía en aquellos primeros años de la década de los cincuenta del pasado siglo, y me informó de algo más. Joselito Lérida -toda la hermandad y media Sevilla lo conocían por el cariñoso diminutivo- me había regalado agradecido una fotocopia de una entrevista que le hizo Enrique Hernández-Luike para la sección cofradiera del diario "Sevilla" (3). Yo era entoces un veinteañero, y él octogenario, pero me gustaba visitarlo en su domicilio para que me contara historias antiguas de la hermandad, y a veces incluso le hacía de lazarillo cuando el hombre salía a vender a amigos y conocidos los libros de poemas que escribía, y cuyos beneficios dedicaba a ayudar a las Hermanitas de la Cruz. El caso es que en aquel número de "Sevilla", fechado en marzo del 53, cuando la cofradía conmemoraba su segundo centenario, volvía a aparecer el dato en cuestión. Figuraba la composición de la comisión gestora que gobernaba entonces la hermandad, y de nuevo Manuel Ortega Juárez en el cargo de hermano mayor. Desde luego que interrogué sobre el particular al tío José y me contó como, con ocasión del recibimiento como hermana de su hija Luisa, Caracol se había ofrecido a ayudar a costear un nuevo retablo para las imágenes en la capilla que ocupaban de la recién restaurada parroquia de San Román. No era la primera vez que el artista colaboraba económicamente con la hermandad. También había ayudado unos años antes, junto a su entonces pareja artística, Lola Flores, a saldar las deudas contraídas con motivo de la adquisición del nuevo paso para el Señor de la Salud realizado en los talleres de Pérez Calvo, dedicando al efecto dos funciones de su espectáculo "Zambra 1946" (4) .
Luisa Ortega jurando las reglas de la Hermandad de los Gitanos en 1952. Atrás su padre con vara. |
Los hermanos que entonces llevaban el gobierno de la hermandad pensaron que la mejor manera de comprometerlo en el asunto del retablo era haciéndolo formar parte de la gestora, y efectivamente fue nombrado gestor por la autoridad eclesiástica en febrero de 1953. Y no solo él, también su hijo Enrique y su yerno Arturo Pavón entraron en aquella junta gestora, pero el cantaor, por sus obligaciones profesionales, y porque ya vivía más en Madrid que en Sevilla, apareció lo justito por San Román, teniéndolo que suplir la mayoría de las veces su antecesor en el cargo, el recordado Paco Antúnez, que era a la sazón teniente de hermano mayor. Y en cuanto a los dineros prometidos... contaba el tío José que aportó, pero no lo que esperaban. Al año siguiente se tuvo que reorganizar la gestora, entrando a formar parte de ella como hermano mayor José Vega de los Reyes, otro de los "Gitanillos de Triana".
Hace poco, encontré y compré en una página de coleccionismo una vieja convocatoria de mano de los cultos de 1953, editada -como prácticamente toda la documentación de la hermandad de la época- en la imprenta de D. Francisco Vera Mármol, hermano mayor honorario de la corporación, y ahí está de nuevo el nombre del genio de la calle Lumbreras (5). Aquí os dejo esta convocatoria para terminar de ilustrar esta entrada sobre el gran Manolo Caracol y su relación con la Hermandad de los Gitanos, y que cada cual saque sus conclusiones.
Notas
- "Historia de las Cofradías Sevillanas", de Pedro Liaño Gómez, editado en nuestra ciudad 1964 por la imprenta Garrido, páginas 230 y 231.
- Ni aparece en el libro de hermanos de 1954, con diligencia de apertura fechada el 27 de julio de ese año, firmada por el secretario José Mª Loreto Lázaro y con el visto bueno del hermano mayor José Vega de los Reyes, ni en el que en 1987 recuperó para la hermandad el historiador Juan de Dios Ruiz Sambruno, diligenciado en abril de 1949 por el secretario José Mª De la Concha Meneses, con el visto bueno del hermano mayor Francisco Antúnez Garrido. Tampoco se encuentra su hojilla de inscripción.
- Diario SEVILLA. Edición de 9 de marzo de 1953.
- Diario ABC de Sevilla. Edición del 14 de mayo de 1946. Página 26.
- En el archivo de nuestra secretaría se conserva una copia de esta convocatoria de mano. Es exactamente igual, sólo que sin ningún nombre de hermano o bienhechor rellenando el renglón del destinatario. La que yo he adquirido en "Todocolección" a Javier de la Torre León se envió a Angel Márquez Vera, que tampoco aparece en los libros de hermanos, pero como quiera que lleva adjunto un petitorio de limosna para contribuir con los cultos y a la estación de penitencia, puede que fuera algun comerciante al que se le solicitaba ayuda.